“No Necesito un Cielo si tú no puedes ir a él ",
Bella Swan, Luna Nueva

"Un día escribiré tanto como Estrellas hay en el Cielo" Tiwii Cullen





Debemos aclarar que todas las historias que están en este blog nos pertenecen y son de nuestra autoría pero los personajes de la Saga Crepúsculo y algunas otras cosas más que aparecerán en los Fics que publicaremos aquí son propiedad de Stephanie Meyer, también existen personajes que son sacados nuestra imaginación.








sábado, 3 de julio de 2010

Nuestro Amor, Capitulo 5: Un Paso Adelante








Nuestro Amor


Capitulo 5:


Un Paso Adelante


Hola mis amores, ¿Cómo están?, espero que muy bien, yo ¡estoy feliz! En este momento les subo el cap del computador de la angy, estoy Santiago y vine a conocer a todas mis amigas bloggeras. No saben lo hermosas que son estas chicas, hoy conoci a la Nenny, a la romy, a la alexa cullen y a mi Javii, son las 3 personas mas lindas que hay en el mundo las adoro nenas LAS AMOO… hoy VI ECLIPSE Awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww!!!! LA AMEEE DIOS MIO COMO LA AME ES INCREIBLE, es la mejor película del mundo ¡se los juro!, este fin de semana a sido maravilloso.

Este capitulo se lo dedico a todas mis amigas de Santiago, nenas las amo con todo mi corazón espero que nos sigamos viendo, las adoro.


PD: ABAJO ESTA PUBLICADO EL CAPITULO 5 DE “CORAZON DE HIERRO”




Aceptaras hablar con papá? —preguntó Bella incrédula.

—Sí, ya se los dije, lo recibiré en la casa para que podamos hablar tranquilamente, pero realmente no les prometo nada. Sólo quiero saber que paso hace diez años atrás. Además, quiero que estén presentes.

—Eso me alegra mucho mamá —dije con una felicidad enorme—. Apenas llegué al hotel le contare a papá, ¿segura que quieres que estemos allí?

—Sí —respondió cortante.

—Bien mamá, entonces preparare todo.

—Está bien Edward, pero no lo emociones mucho, no quiero que piense cosas que no son.

—No te preocupes mamá, pero dime ¿cuando quieres hablar con él?

—Lo más pronto posible —entrecerró sus ojos—, quiero salir de esto luego.

—Está bien —asentí con una sonrisa—, te aseguro que será mas pronto de lo que imaginas.


Con Bella nos dimos miradas de complicidad, estaba seguro de que ella había pensado lo mismo que yo. Ésta era una oportunidad perfecta para reunirlos en un ambiente propicio para hablar. Mi madre y Bella se enfrascaron en una charla trivial, pedí permiso y me retiré un poco de la mesa, marqué el numero de mi padre para avisarle, pero sonaba el tono ocupado. Volví a la mesa y escuché un nombre que ya detestaba sólo con escucharlo.


—Bella y ¿cuándo le presentaras a Edward y a tu padre a Mike?, ¿no crees que ya va siendo hora?

—Sí mamá, tienes razón —me senté—. En todo caso Edward ya lo conoció, pero me encantaría que hablaran más y se pudieran llevar mejor. Seria muy importante para mí.

—¿Enserio? —pregunté incrédulo.

—Claro que sí tonto, eres mi hermano —sus ojos brillaron y sentí ese dolor nuevamente, ¡maldito corazón traicionero!

—Entonces —cerré mis ojos y solté un gran suspiro—, si es importante para ti lo conoceré mas, creo que podría invitarlo a cenar con papá o algo así.

—Gracias Edward —me dijo Bella emocionada, ella jamás se imaginaria lo que me producía que se alegrara por eso, no sabía hasta que punto estaba confundido con todo esto. Odiaba sentirme así.

—Qué lindo eres hijo mío, me da gusto que ustedes sean tan buenos hermanos, es una bendición que se lleven tan bien.

—Es cierto, nosotros siempre hemos sido unidos —dijo Bella—, aunque no tengamos lazos sanguíneos nos criamos juntos y eso pesa mucho mas que el ADN y el linaje —mis ojos se posicionaron en ella y me permití admirar descaradamente su belleza, ¿como una mujer así podía confundirme de esta manera?, ¡era mi hermana, por todos los cielos! O eso quería pensar yo porque como todos decían nada más que un cariño nos unía, pero al parecer me quería convencer de lo contrario.

—Bueno hijos me tengo que ir, no me gusta dejar a Jessica sola en la tienda, le puede pasar algo.

—Podría tropezarse con sus mismos pies la muy estúpida —susurró Bella, pero la alcancé a escuchar.

—¿Te cae mal? —pregunté divertido.

—Jamás la he pasado, pero ahora parece que me cayera como plomo en la espalda.

—¿Por qué? —pregunte, riéndome de su comentario.

—No lo sé... te juro que no sé porque me molesta tanto —apretó los puños y se paró.


Pagué la cuenta y tomé del brazo a las dos mujeres más importantes de mi vida, las escolté al volvo y nos encaminamos a la tienda. Al llegar, Jessica estaba sentada arriba de un mostrador ojeando una revista, pero lo que mas me impresionó era que se había cambiado ropa, andaba con una minifalda y un top muy apretado.


—La muy zorra se está mostrado —dijo Bella, nuevamente con los ojos entrecerrados, pero esta vez no hice ningún comentario, sólo me limite a sonreír.

—Hola Jess —saludó mi madre, ella levantó la vista y sus ojos brillaron cuando vio en la dirección que estábamos.

—Hola —saludó con voz suave y ¿sexy?

—Hola —respondió Bella de manera seca, ¿qué demonios le pasaba?


Estuve un rato más en la tienda acompañando a mamá, Bella se quedó conmigo, pero no hizo casi ningún comentario, a decir verdad la notaba molesta, pero ya le preguntaría porqué. Su celular sonó a eso de las seis, miró el visor y una sonrisa se posicionó en sus labios.


—Hola mi amor —dijo en un volumen que todos pudimos escuchar—. Sí, yo también te extraño, estoy en la tienda de mamá, ¿pasaras por mí? Excelente, te estaré esperando… yo también.


Se me retorció el estomago al pensar lo que se decían. Yo era una persona digamos que romántica, pero no sé porque sus demostraciones de «afecto» me producían migraña. Me corrí de su lado y me fui a despedir de mamá.


—¿No es hermoso el amor?

—Sí, como digas mamá —dije con la voz pesada.

—Y tú ¿cuándo me presentas a una novia?

—No lo sé, creo que la mujer que me hará feliz algún día no existe.

—Claro que sí hijo mío, es sólo que no la has encontrado, estoy segura de que llegara cuando menos lo esperes.

—Eso espero mamá, ahora mas que nunca ansió encontrarla —dije mirando a mi hermana, que aun hablaba con su novio, segundos después colgó y caminó hacia nosotros.

—Mike viene por mí —dijo con una sonrisa.

—Que bueno, así Edward podrá saludarlo.

—Lamentablemente ya debo irme, estoy esperando dos llamadas muy importantes, lamento no volver a ver a Mike, pero lo llamare para que cenemos uno de estos días antes de que me vaya.

—¿Cuánto tiempo les queda? —preguntó mamá.

—Sólo ésta semana mamá, el jueves por la noche debemos partir, papá tiene muchos compromisos que ha postergado y yo tengo que armar un programa completo para los nuevos residentes de éste año, además, me mandaran a hacer unas charlas de patologías pediátricas a un lugar de Washington, pero aun no se donde.

—Me agrada escuchar tantas cosas que tienes, me siento orgullosa —dijo, y besó mi coronilla.

—Bueno, ya me voy —dije, dándole un beso en su frente—, mañana te llamo para concertar el encuentro.

—Está bien hijo —dijo con una sonrisa, me acerqué a Bella y por una extraña razón nos quedamos mirando con ojos brillantes, me acerqué y besé su frente, pero me permití mas segundos para disfrutar de su aroma y perderme en las corrientes eléctricas que desprendían del contacto.

—Nos vemos —dije separándola sólo un poco para mirarla— para concertar el plan —dije en un susurro.

—Nos vemos —dijo ella, y me cerró un ojo con una hermosa sonrisa que adornaba sus labios—. Te llamo ésta noche.

—Está bien. Adiós Jess —grité, y de no sé donde apareció Jessica para despedirse, se colgó de mi cuello y besó mi mejilla bajo la atenta mirada de mi madre y Bella.


Salí de la tienda y me subí al Volvo, lo único que quería era marcharme antes de que llegara Mike, no soportaría ver otra demostración tan afectiva entre «mi hermana» y su novio. Aceleré a lo que mas pude y me encaminé hacia el hotel, a la velocidad que iba llegué en sólo diez minutos, subí rápidamente y entré casi corriendo a la habitación.


—No vas a creer lo que paso hoy —le dije a mi padre, él estaba sentado en uno de los sofás leyendo un libro. La emoción se hacia notar en mis palabras.

—¿Qué cosa? —preguntó, levantando la vista y poniéndome toda su atención.

—Mamá aceptó escucharte.

—¿Qué? —preguntó casi gritando y con la emoción al límite.

—Sí papá, mamá dijo que quería reunirse contigo, pero me dijo que te advirtiera que era sólo para escucharte, ella no quiere que te hagas falsas esperanzas.

—No me importa hijo, esto es un avance, es como un paso adelante… sencillamente perfecto.

—Ojala que todo salga bien, ¿pero cuando quieres que se reúnan?

—Creo que lo más rápido posible, ojala fuera mañana.

—Bien, entonces la llamare para preguntarle.

—Estoy ansioso.

—Sí, yo también hijo, no sabes cuánto esperé por esto.

—Lo sé papá, ojala todo salga bien.

—Ojala.


Nos pusimos a conversar sobre unas cuantas cosas que habían quedado en el aire, no sé cuando ni como salio a colación el tema del novio de Bella, papá dijo que estaba ansioso por conocer al hombre que amaba Bella, ¡demonios! Ese maldito dolor se volvió a hacer presente, estaba harto de tener que soportar todo esto, si Bella se iba a casar tenía que hacerme pronto la idea ya que ella estaba feliz y yo debía alegrarme por ella. Marqué el número de mi hermana y esperé a que me contestara, tenía que ponerme de acuerdo para lo de mañana.


—¿Diga? —la voz de un hombre se escuchó del otro lado del auricular, un retortijón que me hizo fruncir el ceño apareció en mi estomago.

—¿Está Bella?

—¿Quién la llama? —preguntó con voz dudosa.

—Soy Edward —dije con voz pesada.

—¡Ah! Cuñado ¿Cómo estás? —me saqué el teléfono del oído y lo apreté con todas mis fuerzas, creo que si lo hago por unos minutos más podría haberlo quebrado.

—Bien gracias —respondí cortante y en un susurro.

—Que bueno, la llamo enseguida. ¡Amor! Te llaman por teléfono —gritó, se escucharon unos pasos—. ¿Quién es? —preguntó la voz dulce de Bella—. Tu hermano.

—¿Edward? ¿Cómo estas?

—Bien gracias —seguía con la boca apretada a más no poder. Tenía los labios blancos por la presión—. Bella, te llamaba para ponernos de acuerdo con lo de papá y mamá.

—¡Oh! Sí, tienes razón, debemos idear un plan —le hice una seña a papá y salí de su habitación. Caminé unos pasos y entré en la mía.

—Entonces ¿crees tú que pueda resultar?

—¡Claro que sí! Mira esto es lo que haremos.


Hablamos por largo rato, ya teníamos todo planeado y listo. No era una gran estrategia, pero podría funcionar al menos para crear un acercamiento entre ellos. Sabíamos que seria un poco difícil dar con la reconciliación, pero por ahora podríamos intentarlo.


—Bien, entonces tú te encargas de mamá —le dije.

—Sí, no te preocupes, caerá redondita —me dijo riendo, escuchar su risa aunque sea por teléfono me sabía a gloria.

—Ojala todo resulte bien, si no tendremos que cambiar de táctica.

—No te preocupes se que resultara, por lo menos podrán hablar.

—¡Bella ya está listo! —dijo la voz que me hacía sentir nauseas: Mike.

—Ay Edward me tengo que ir, nos vemos mañana entonces.

—Sí —respondí, conteniendo la rabia que tenía.

—Entonces hasta pronto.

—Hasta pronto.


Colgué el teléfono y lo aventé contra la cama, me dejé caer en el sofá que estaba en frente, mi cabeza daba vueltas ¿Cómo podía tener estos sentimientos por alguien que no me había hecho nada? Era ilógico que odiara a Mike pero, el sólo pensarlo con… Bella, me hacia querer desaparecerlo de la faz de la tierra.


Al día siguiente desperté aun mas confundido que antes, Bella tenía algo que me estaba prendando y no podía descifrar que era, cada día reprimía aun mas los sentimientos que amenazaban por salir, Bella era mi hermana y el cariño que tenía que sentir era fraterno, tal vez todo el embrollo con mis padres me tenía confundido.


—¿Qué hora es? —preguntó mi padre.

—Casi son las ocho, pero no te preocupes que llamé a Bella y me dijo que estaban un poco retrasadas, así que debemos esperar.

—¿Qué están planeando? —preguntó con una sonrisa.

—Nada papá, ésta es simplemente una cena para cuatro, ustedes y nosotros. Padres e hijos, hace mucho que no nos juntamos.

—Sí, es verdad —reconoció—. ¿Y dónde cenaremos?

—En la casa de ellas, ya que mamá quería que estuviéramos tranquilos.

—Ya veo.


Los minutos avanzaban más lentos de lo que quería, una media hora después sonó mi celular, mire el visor y sonreí al ver quién era.


—¿Edward? —habló la dulce voz de Bella.

—Dime, ¿están listas?

—Sí, ya estamos.

—Está bien, ya salimos entonces.


Colgué y volví a sonreír, ¡no podía evitarlo! El sólo escuchar la voz de Bella me hacía ponerme muy feliz, su voz era la más hermosa del mundo, eso jamás podría negarlo. Nos subimos rápidamente al Volvo y nos encaminamos hacia su casa. Al aparcarme en la acera vi que todas las luces estaban prendidas.


—¿Estás listo? —pregunté, mirando al hombre que estaba a mi lado.

—Sí hijo, llego el día.

—Vamos entonces —me saqué el cinturón y bajamos del auto.


Caminamos lentamente hacia la casa, la cara de mi padre expresaba muy bien todos los nervios que sentía, movía constantemente las manos y se las pasaba por el cabello, ese manía la había heredado yo. Mi corazón latía muy rápido y mis manos sudaban. Llegamos a la puerta y antes de que pudiéramos tocar esta se abrió.


—Buenas noches —saludó la mujer mas hermosa del mundo, mi boca se entre abrió un poco, mis ojos recorrieron su esbelta figura una y otra vez, Bella llevaba puesto un vestido de color marfil, era muy ceñido a cada una de sus curvas, su cabello estaba recogido en una media coleta y los rizos caían en cascadas hacia su espalda.

—Bella —susurré—, te vez hermosa —dejé escapar, arrepintiéndome de inmediato, nuestras mejillas se tintaron de rojo.

—Gracias —respondió ella esquivando mi mirada, se movió del lugar donde estaba parada y abrazó a mi padre, el olor a fresias que desprendía me hizo cerrar mis ojos ante el torrente de emociones que se dispersaron por mi cuerpo, ¿a caso esto siempre pasaría?

—Bella, hija mía —dijo mi padre abrazándola—. ¿Cómo está tu madre?

—Bien papá, un poco nerviosa como me imagino estás tú.

—Me conoces bien hija, estoy que muero de nervios —aceptó con una sonrisa.

—No te preocupes, que te aseguro que ustedes dos podrán hablar.

—Eso espero —ellos se volvieron a abrazar, mis ojos estaban pegados en ella, su mirada buscó la mía y ambos sonreímos, me era imposible evitar mirarla, mis ojos rogaban por recorrer su rostro.

—Pasen —nos dijo cuando su abrazo terminó.


Entramos a la casa y el ambiente que se sentía allí estaba dividido, por un lado todo se sentía tenso, pero por el otro una pisca de magia podía casi tocarse.


—Siéntense por favor, regreso enseguida —le hicimos caso, me desabroche los botones de la chaqueta y me senté, papá imito mis movimientos. Pasó un rato en silencio, ambos envueltos en nuestros propios pensamientos.


Ahora mas que nunca debía aclarar mis sentimientos por Bella, ella era mi hermana y se iba a casar, pero la sola idea de ese matrimonio me crispaba hasta el ultimo de mis vellos. Aunque me costara aceptarlo, yo sabía mejor que nadie que no quería que ese matrimonio se realizase, ese era el primer signo de lo que me pasaba y aun tenía miedo de aceptar. Los pasos en la escalera produjeron un montón de mariposas en mi estomago, me puse de pie al mismo momento que mi padre, miré su rostro y sentí cada una de las emociones que sabía que estaba pasando, mamá y Bella llegaron a nuestro encuentro.


Mi madre, la señora Esme Cullen Swan, era la mujer más hermosa que había visto, su belleza no tenía comparación. Estaba aun más elegante de lo que podría recordarla, llevaba un vestido de color verde que acentuaba aun más sus hermosos ojos. Un collar de perlas adornaba su cuello y su cabello estaba completamente suelto.


—Esme —susurró mi padre, la mirada de mi madre se situó en sus ojos y creo que todo el mundo dejo de existir, el ambiente se llenó de emociones. Ellos hace trece años que no se veían y sabía que tenían un montón de cosas que decirse.

—Carlisle —respondió ella en el mismo tono de voz.

—No puedo creer… lo hermosa que estas —consiguió decir mi padre, vi a Bella apartarse un poco del lado de mi madre, yo imite sus movimientos.

—Son trece largos años Carlisle, no pasan en vano..

—Yo… yo te he buscado cada día Esme… desde que te fuiste.

—Papá, mamá —interrumpió Bella—. Antes de que empiecen a hablar —ella se acercó a mí y los dos encaramos a nuestros padres.

—Nosotros no cenaremos con ustedes —les dije.

—¿Qué? —exclamaron los dos al mismo tiempo, al parecer se sentían muy tímidos al estar solos.

—Sí, así es —corroboró Bella—. Consideramos que ustedes deben arreglar sus problemas solos —Bella se acercó a mamá y le susurró algo al oído, luego la beso.

—Hijo ¿qué es todo esto? —preguntó mi padre visiblemente sorprendido

—Nada papá, sólo arreglen sus problemas ustedes solos, no es correcto que estemos en medio, además, ustedes son personas adultas. Habla con ella papá, te aseguro que te escuchara.

—Hijo…

—Te fe papá, te fe —le pedí con una sonrisa. Abracé a mi padre y en un movimiento instintivo nos cambiamos de lado, Bella pasó a abrazar a papá y yo a mamá.

—Que feo lo que hacen —dijo un poco crispada—. ¡Niños traviesos! Lo tenían planeado —me dijo entrecerrando sus ojos, pero podía ver lo nerviosa que estaba.

—Lo siento mamá, sé que ustedes serán lo suficientemente maduros como para escucharse. Escúchalo mamá, te aseguro que sabrás muchas cosas que no tenías idea —ella sólo asintió, besé su frente y le di un estrecho abrazo.

—Bueno ya nos vamos, la cena está servida, disfrútenla. No se preocupen por nosotros, no volveremos hasta más tarde —dijo Bella tomando su chaqueta, saqué las llaves del Volvo y se las lancé a mi papá.

—Para que vuelvas al hotel —él sólo las agarró en el aire y asintió.


Salimos de la casa envueltos en un completo silencio, Bella ya tenía aparcado su auto afuera, me devolví a mirar la casa y a imaginar todo lo que podría suceder en ella, levanté mi vista hacia el cielo y rogué porque ellos se pudieran entender.


—¿Preocupado? —dijo una dulce voz a mis espaldas.

—Bastante —reconocí.

—No te preocupes, sé que ellos por lo menos se escucharan, la reconciliación no está a la vuelta de la esquina, pero por lo menos aclararan los malos entendidos.

—Sí, tienes razón.

—Bueno ¿y a dónde iremos? Se nos olvido planear lo que haríamos nosotros.

—Claro que no —me giré a mirarla, sus ojos estaban mirándome, por un momento me permití perderme en ese verde tan extraño y cautivante—. Te invito a cenar

—¿A cenar? —me respondió con una sonrisa—. Veo que planeaste algo.

—Claro que sí, tuve que armar toda una parodia con papá, así que tuve que reservar en un restaurant —mentí, ¡demonios! Me crecería la nariz como a pinocho, pero no podía decirle que había reservado el lugar más hermoso y más encima en otra ciudad con la leve esperanza de que ella fuera a comer conmigo.

—Está bien, vamos a cenar —le pedí las llaves de su auto ya que ella no sabía donde había reservado.


Nos subimos a su auto y conduje por las calles de Forks. Cuando me detuve en un semáforo se giro para preguntarme.


—¿Y para donde vamos?

—A Port Angels, cenaremos alla.

—¿Fuera de la ciudad? —el semáforo cambió de color y los autos de atrás comenzaron a tocar sus bocinas.

—Sí —aceleré—, así que ponte el cinturón de seguridad.

—Sí que tenías todo planeado ¿eh?

—Algo así —acepté con una sonrisa.


Manejamos en completo silencio, me sentía feliz de tener a Bella sólo para mi una noche, «Ésta semana trata de compartir con ella y te aseguro que descubrirás lo que sientes o por lo menos tendrás algo mas claro» las palabras de Alice retumbaban constantemente en mi cabeza, sabía que todo esto se complicaría cada vez mas, pero no podía evitar sentir, mi corazón estaba lleno de sentimientos que no conocía y todos se produjeron al encontrarme nuevamente con Bella. Sabía que tenía que aclarar mis pensamientos, se lo debía a mi corazón.


Entramos en Port Angels y seguí la dirección que tenía, nos detuvimos en un hermoso restaurant estilo italiano.


—«Mio Cuore, Ristorante», he escuchado de él —dijo Bella al bajarse del auto—, dicen que sus platos son exquisitos.

—Lo sé, el gerente del hotel me lo recomendó —le extendí mi brazo el cual ella recibió con una enorme sonrisa.


Camínanos por el aparcadero y entramos al restaurant, estaba bastante concurrido, las mesas se veían llenas.


—Buenas noches —nos saludo el anfitrión—. ¿Tienen reservas?

—Sí —respondí—, están a nombre de Edward Cullen —el hombre comenzó a buscar en un libro y cuando nos encontró una calida sonrisa apareció en sus labios.

—Señor Cullen, señorita, síganme por favor.


El hombre nos fue abriendo paso, caminamos a través de tres salones enormes hasta llegar a una parte de Restaurant que era mas privada. Nos situamos en una mesa que estaba al lado de unos enormes ventanales y su vista daba para el jardín que estaba en la parte de atrás, había luces y guirnaldas por todas partes.


—Que bello —susurró Bella al ver las luces, el anfitrión nos dejo sentados en nuestra mesa y nos extendió la carta.

—¿Qué desean cenar? —preguntó con una suave voz.

—Yo quiero Ravioles con salsa blanca y un Merlot.

—Y yo —dijo Bella pensado en su decisión— quiero… camarones en salsa blanca con spaghetti.

—Bien, regreso enseguida —nos dijo y se alejó.


Miré a nuestro alrededor y había unas cuantas parejas, pero todas sumidas en su propia burbuja, fijé mis ojos en la persona que tenía en frente, Bella me estaba mirando atenta a mis movimientos.


—¿Qué pasa? —le pregunté con una sonrisa.

—Nada… sólo me preguntaba como ira el asunto de papá y mamá —retiró su vista

—¿Hay algo que te preocupe? —la miré con detención y sus ojos parecían brillar.

—Sí… pero no es nada importante.

—¿Cómo que no? Claro que lo es. ¿No puedes contarme? —le pregunté visiblemente afectado.

—No es eso… resulta que el otro día hable con Mike y me decía que su familia estaba planeando mudarse nuevamente a su país de origen.

—¿País de origen? —le pregunté alarmado.

—Sí, ellos vienen de España, su madre nació allí. Mike nació aquí, pero luego vivieron muchos años alla hasta que volvieron para erradicarse al país, a su país de origen, pero ahora… —bajó su vista y mi corazón se apretó por la pena que me daban sus palabras, ¡Bella no podía irse!.

—¿Pero ahora?

—Su madre ha heredado unos cuantos negocios que necesitan ser atendidos por ellos, entonces están planeando mudarse, obviamente con Mike y yo incluyéndose.


Me quedé completamente petrificado en la silla, ¿Bella en España? No podía ni siquiera pensar en esa posibilidad, la sola idea me había desarmado por completo.


—¡Pero tú no te puedes ir! ¿Qué pasara con mamá y papá?, ¿conmigo? —terminé en un susurro, ella repentinamente me miró y sus ojos derramaron lágrimas—. No Bella, no —le dije parándome de mi silla y corriendo hacia ella. No me importaba en el lugar donde estabamos, si había mas gente, en éste momento todo dejo de tener sentido, la idea de volverla a perder me hizo sentir un miedo que jamás pensé tener.

—No sé qué hacer —me dijo reprimiendo un sollozo—, yo le pregunte a Mike si nos podríamos quedar, pero me dijo que no era posible, que debía seguir a su familia. ¿Pero como dejo aquí a la mía? —se preguntó mas para sí misma. Tomé una de sus manos y la apreté contra la mía, ambos nos quedamos mirando nuestras manos entre lazadas.

—Pero Bella y él… —suspiré—. ¡Dios! —dije intentando soltar la impotencia—. Él no te puede obligar a marcharte.

—Lo sé, pero si nos vamos a casar mi deber es seguir a mi marido —admitió con pesar—. De eso se trata el matrimonio ¿no? No puedo dejarlo ir solo, tendré que ir con él.

—¡No Bella! —grité, haciendo que todos se quedaran viéndonos. Apreté aun más su mano.

—Señor… —el mozo se acerco a nosotros—. ¿Sucede algo?

—No —le contesté de mala manera, Bella me dio un suave apretón intentando calmarme.

—No señor, podría traerme un vaso con agua por favor —pidió con voz suave.

—Claro señorita —el intruso se perdió, Bella me pidió que volviera a mi asiento.

—No te preocupes aun Edward, eso no pasara hasta después de la boda, así por lo menos sé que la realizaremos aquí.

—Eso es un consuelo —dije con sarcasmo.

—Y dime ¿estarán sólo ésta semana? —preguntó con pena.

—Sí, lamentablemente tenemos que volver, papá dirige un hospital y yo la unidad pediátrica, además, cuando volvamos me mandaran por un mes a dar unas charlas a algún hospital lejano.

—¡Dios!, ¿entonces no estarás para mi matrimonio? —preguntó.

—Claro que sí, desde donde esté vendré a verlo —contesté sin emoción.

—Que bueno.


La cena pasó en silencio, comimos, y cuando estábamos listos pedimos la cuenta. Ambos estabamos callados, aun no me sentía listo para volver a la casa, ansiaba con todo mi corazón estar con Bella algunas horas más.


—¿No quieres ir a caminar conmigo? —le pregunté, mientras recorríamos las calles de Port Angels.

—Claro, podríamos ir a la Bahía, hace tiempo que no camino por allí.

—Bien, dime hacia donde manejo —ella me indicó el lugar, cuando llegamos la majestuosidad del mar se pasó ante nosotros, unas enormes escaleras nos aguardaron. Estacioné el auto y le puse los seguros. Ambos bajamos a la arena para disfrutar de cerca de la brisa marina. La playa estaba iluminada por la tenue luz que daban los barcos que estaban en el puerto.

—Qué hermoso —dijo ella mirando el mar, lo único que yo podía hacer era mirarla a ella, bañada por la cálida luz parecía todo un ángel en ese vestido color marfil.

—Sí, es bellísimo —respondí, ella giró su cara y me encontró mirándola, rápidamente ambos apartamos nuestras caras, yo evité que viera mi sonrojo. Con sólo mirarla me daba cuenta de lo que sentía por ella—. ¿Bella? Mira, sentémonos alla, ¿te parece?

—Claro.


Caminamos hacia un tronco seco que había en el medio de la arena y parecía perfecto para sentarse, cuando llegamos ambos nos sentamos en dirección al mar contemplando las olas y siendo acariciados por la brisa.


—¿De verdad te irás? —le pregunté con la vista perdida en el agua.

—Sí —aceptó ella—. No quiero, pero ¿tengo otra opción?

—No te cases —solté de repente, apreté mis labios y mis puños.

—A ti no te cae bien Mike ¿verdad? —preguntó casi riendo.

—No es que no me caiga bien —mentí— es sólo que… no lo conozco.

—A eso quería que llegáramos, Edward —me llamó, como no giré la cara porque sabía lo que me iba a pedir seguí mirando el mar—. Edward —me volvió a llamar, pero esta vez una de sus calidas y suaves manos se posó en mi cara haciéndome estremecer. Giró mi rostro hacia ella y mi corazón se detuvo en ese instante.

—Quiero que lo conozcas, quiero que hagas eso por mí, ¿puedes? —me pidió con esos hermosos ojos que tanto amaba…


Amaba…


¿Amaba?


Sí, yo la amaba…


Amaba a Bella con todas las fuerzas de mi alma y ya no era capaz de negarlo. ¡Dios! Como la amo.


Tomé su mano y la llevé a mi boca, cerré mis ojos ante el dulce olor de su piel. Te amo, te amo, te amo era lo que quería gritar, daría lo que fuera por decirle que la amaba tanto que el pecho me podría explotar. Ella sólo dejo su mano ahí, besé su piel y mi cuerpo reaccionó ante el contacto, las sensaciones que me producía tocarla eran completamente abrazadoras, jamás había experimentado un nivel de atracción tan fuerte.


—Está bien —acepté con dolor—, sólo lo hare por ti —le dije abriendo los ojos y mirándola fijamente—, hare el intento de conocerlo.

—Gracias —susurró—, pero no pude identificar que pasaba por sus ojos, estos brillaban con mayor incandescencia que antes, yo aún sujetaba su mano cerca de mi boca, no podía quitarla, estaba drogado con su olor. No sé cuando fue que estaba mucho más cerca de ella, estabamos a unos cuantos centímetros del otro.

—Bella —susurré, no podía creerlo, estaba a sólo centímetros de poder besarla y mi corazón me gritaba que lo hiciera, pero antes de poder reaccionar ella rápidamente se paró y caminó.

—Es tarde, será mejor que regresemos —dijo atropelladamente, caminó como si alguien la persiguiera, recorrió a zancadas la distancia que nos separaba del auto, yo no pude hacer más que seguirla.


El ambiente en el auto fue aun peor, la tensión que había entre nosotros era casi palpable, llegamos a su casa y el Volvo ya no estaba, como era de esperarse, las luces del comedor aun estaban prendidas. Estacioné el auto y ninguno de los dos atino a hacer ningún movimiento. Cuando pasaron algunos segundos nos bajamos del auto al mismo tiempo, caminé hacia la acera y nos quedamos viendo.


—Edward.

—Bella —dijimos al unisonó, ambos nos miramos y nos sonreímos.

—Edward —se adelantó ella—. ¿Cómo te vas a ir?

—No te preocupes, me iré caminando, el aire de la noche me ayuda a despejar mis ideas.

—Está… está bien —tartamudeo ella, supe de inmediato que estaba nerviosa.

—Que pases buenas noches, mi pequeña Bella —le dije.

—Tú igual, mañana te llamo para contarte lo que pasó ¿bueno?

—Estaré esperando —respondí. Acorte la poca distancia que nos separaba. Sabía que el único dañado era yo, pero no podía resistirme a besarla, no podía. Un suave beso en la mejilla sirvió para acallar las ganas que tenía de tomarla y probar sus dulces labios.

—Buenas noches —le susurré, me alejé lentamente bajo su atenta mirada—. Metete a la casa —le pedí, ella sólo asintió con su mirada caída, se fue rápidamente hacia el hall de la casa, abrió la puerta y entró.


¡Dios! Como necesitaba hablar con Alice, marqué rápidamente su número, sonó unas seis veces y ella contestó con voz pastosa.


—Espero que sea bueno Edward —me dijo con un tono intimidante—. Si no date por muerto —era la una de la madrugada.

—La amo Alice, ya no puedo negarlo. No soy capaz.

—¡Oh por Dios! —dijo contra el teléfono—. ¡Jasper! ¡Jasper! ¡Despierta!

—¿Qué pasa? —contestó la voz adormilada de mi amigo.

—Edward ya lo confesó, se enamoró de Isabella.

—¡Dios! ¡Pon el altavoz! —le gritó su marido, apretó unos botones y el sonido cambió al ambiental.

—Bien, ahora estamos listos, habla —pidió Alice, yo sólo podía sonreír, ellos eran mis mejores amigos, tenía una suerte enorme de que se conocieran y se enamoraran.

—La amo chicos, sería capaz de dar la vida por ella, no aguanto mas ¡tengo que evitar que se case!

—¡Sí! —gritó Alice del otro lado, Jasper la hizo callar

—Edward hermano ¿estás seguro?

—Sí Jasper, ella es mi vida, no puedo negarlo. La volví a ver y la amé aún más que antes. La amo con toda mi alma, jamás podre vivir sin ella.

—¿Entonces la vas a conquistar? —preguntó Alice aplaudiendo.

—Sí Alice… no dejare que Bella se case, juro que ese matrimonio no se realizara.

—¡Sí! —gritaron los dos al unisonó.


Caminé por las calles de Forks decidió, Isabella Marie Swan, mi hermana, no se casaría con el pelmazo de Mike Newton, yo la amaba y la conquistaría en estas semanas que me quedaban.



Juro que ese matrimonio no se realizara, antes muerto.




¿y? les gusto… espero que si, esta historia ya comenzó su etapa intensa desde aki en adelante comienzan los maravillosos intentos de Edward por conquistar a Bella, asi que atentas mis amores que se viene bueno.


Las amo con todo mi corazón, con amor…


Tiwii Cullen


13 comentarios:

  1. PRIMERA TIWII!!!!!!!!! =D
    Antes que todo, pues si, fue increible conocerlas chicas me la pasé excelente y sin duda eclipse es la mejor de las mejores... hiperventilamos jajja... en segundo lugar, lo que al capitulo respecta pues simplemente lo ame!!!!! jajajaj... me encantó... pero como me dejas así??? que paso con Esme y Carlise!!!! y de verdad me dios ataque de risa "—La amo Alice, ya no puedo negarlo. No soy capaz.
    —¡Oh por Dios! —dijo contra el teléfono—. ¡Jasper! ¡Jasper! ¡Despierta!
    —¿Qué pasa? —contestó la voz adormilada de mi amigo.
    —Edward ya lo confesó, se enamoró de Isabella.
    —¡Dios! ¡Pon el altavoz! —le gritó su marido, apretó unos botones y el sonido cambió al ambiental." jajajaj... ya me lo imagino jajjaja... que bueno que ahora comienza lo intenso jajjaa... espero ansiosa el proximo domingo ajjaja... y como te dije tiwii sin falta durante esta y la proxima semana leeré las historias pendientes =) besotes y nos leemos =)

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  2. Criaa amo tu historia enserio la amo pero es una TORTURA! esperar cada domingo mejor podrias publicarla 2 dias a la semana en vez de solo 1 porfaa! PORFAA TE LO RUEGOOO!

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  3. Otra cosa felicidades por su quinto lugar enserio de veras que se lo merecen

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  4. Diiiooos mio padre bendito mierda Tiwiii me tenia apunto de maldecir y d porfiar y las mejillas rojas... que buen capitulo ya he dicho os fics son mejores que la tele .... ahi mi corazon esta erratico y loco con este capitulo tuyo!!!!! TWINS!!!
    TWINS!! TWINS
    Haras qeu tu pobre hermanda desfallesca me enncaantoooo lo ame locamente miles de besos
    Gooo!! Ed no dejes que ese sonso te la quite y se la lleve a Españaa!!!!

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  5. Me encanto!!!!!!!!!!!!!!! Dios que bueno Ed ya tomo su determinación así que ahora a convencer a Bella!!! Que bueno!!!!

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  6. ssisisisi a conquistar!!!!!!! sisisi mmm q pensara nuestra bella?

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  7. wow!!!!
    me encanto....
    que enamorados estan.. si, si... Bella, tambien...
    jajajaja
    cuando se dara cuenta?? y no se viene para España, no?? que os la mando de vuelta...
    jajajaja

    besos nena!!!!

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  8. wowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww
    la cosa no se puede esta poniendo mejor, jajaja, me ha encantado el fic, pero creo que lo bueno esta por venirrrrrrrrrrrrrrrr

    besos

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  9. buenooo solo espero q no me de algo y q pueda ternimar de leer la historia !!!jajajaja bsss guapa

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  10. siiiiiiiiiiiiii!!!, ya empieza lo mejor me muero de ganas. Fantasticoooooooooo.......

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  11. Que capitulo mas lindisimo, Dios espero todo salga como quieren y shora por lo bueno
    siisisi......

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  12. ai ya porfina cepto k la ama :D ojala bella deje pronto a su prometido tampoco me car bien jajajaajaj
    ya kiero ver k va hacer edward para conkistarla y kieor saber k paso entre carlisle y esme

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  13. si!!!! por fin lo admitió!!! ke buen capitulo, muero por saber ke pasó con esme y carlisle!!!

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