“No Necesito un Cielo si tú no puedes ir a él ",
Bella Swan, Luna Nueva

"Un día escribiré tanto como Estrellas hay en el Cielo" Tiwii Cullen





Debemos aclarar que todas las historias que están en este blog nos pertenecen y son de nuestra autoría pero los personajes de la Saga Crepúsculo y algunas otras cosas más que aparecerán en los Fics que publicaremos aquí son propiedad de Stephanie Meyer, también existen personajes que son sacados nuestra imaginación.








sábado, 29 de mayo de 2010

Limites Peligrosos, Capitulo 6: Averías





Limites Peligrosos


Capitulo 6:



Averías



POV ROSE



Que me incito a dar esa propuesta fácil no quería dejarlo tan rápido, me sentía triste de solo pensar que pasarían días para volver a verlo “Contrólate Rosalie es algo pasajero, no te hagas ilusiones” susurro mi mente.

La noche era perfecta, simplemente encantadora algunas estrellas titilaban en el firmamento

-Son hermosas- toda la vida he sentido gran admiración por ellas, su belleza deslumbra a todos, de pequeña pensaba que cuando morías te convertías en una de esas pequeñas hermosas luces y deseaba locamente ser una de ellas para ser admirada.


-No mas que tu- contestó acariciando mi rostro, mi piel se estremeció con su contacto- Eres tan hermosa que un ciego podría ver- me sonroje ante tales palabras, Emmett a pesar de verse rudo siempre me ha tratado como una princesa.





Relajada, tranquila me sentía a su lado, no me importaba estar de regreso a la fría realidad neoyorkina, entrelace mi mano con la suya ayudándole con la palanca de cambios, una media sonrisa de dibujo en su rostro, acompañado de una sutil pero picara mirada.

“Candela pura es mi Em” pensé sin corregirme.

Intentamos hablar, pero nuestras voces se chocaron y provoco un ataque de risa, golpe suavemente su brazo para que dejara de reírse, pero más fuerte salía su hermosa risa.

-No quiero que te vayas- susurro acallando mi risa- ¿y si te quedas conmigo esta semana?

-yo, eh…Si- dije dubitativa- pero ya no tendré ropa adecuada, en mi equipaje solo hay ropa para tierra caliente.

-Ese no es problema, mañana yo no trabajo en la y puedo faltar a la oficina, así que no te preocupes no la necesitaras, y pues si deseas puedes llamar a tu amiga para que te traiga un poco- Me abalance a su cuerpo abrazándolo torpemente, bese su mejilla y luego deje descansar mi cabeza en sus brazo manteniéndolo abrazado- ¿Tienes hambre?

-Si algo- admití antes de que en mi estomago comenzara a sonar como orquesta sinfónica

-¿Qué te apetece?

-Hmm, pues aparte de ti- dije coquetamente levantado un poco mi mirada para poder detallarlo- Comida China



Nos dirigimos a un pequeño restaurante en el corazón de Queens, estudiamos la carta, cada vez que nos mirábamos sonreíamos, es tan natural estar a su lado y sentirse sin presiones




-¿Quieres galletas de la fortuna?

-Y lumpias-dije saboreándome la comida china es una de mis favoritas

-Fashion Girl- murmuro haciendo que su aliento chocara con mi cuello- Te has dormido Rosita.

-Ya quisieras McCarthy, camina- tome una de sus bolsas, salimos con nuestras manos entrelazadas.

Condujo a la parte Norte de Queens, cerca a mi casa, mis ojos se abrieron como plato, mi boca se entre abrió

-¿Por qué no mencionaste que vivías en Queens?- pregunte enfadada

-Rose no lo creí importante, además me mude hace poco, antes vivía con- se cayó, no necesitaba que me dijera con quien lo sabía y no pude evitar sentirme enfadada- tampoco te dije que oficialmente soy un hombre soltero- sonrió

-Perfecto ahora yo soy una maldita traidora- murmure exasperada, me cruce de brazos y me dedique a observar las calles.

El silencio se hizo presente, así que para romperlo encendí la radio y volví a mi posición, me dieron ganas de gritarle que me lleva a mi casa pero no deseaba dejarlo, pocos minutos después estábamos frente a un edificio.

Baje aun enfadada camine en silencio, lleve conmigo las bolsa de comida, el me siguió el paso llevando nuestro equipaje, no sabía ni en que apartamento vivía pero tampoco le preguntaría, camine hasta dar con las amplias escaleras

-Apartamento 300- vocifero un tanto rudo. Puse mis pies en las escaleras y entonces nuevamente hablo- Hay ascensor

-Felicidades- exapare - yo voy por las escaleras.

Cenamos en total silencio, sentía remordimiento por lo que estaba haciéndole a Royce, el a pesar de su distancia no me haría lo que yo le estaba haciendo, por otra parte Emmet no había tenido confianza para decirme lo sucedido, no estaba siendo sincero conmigo y en si eso era lo que más me dolía.

-Ya Rose deja el mal genio- expresó mientras me pegaba a su cuerpo- Perdóname.

Luche por alejarme de su cuerpo, pero sus brazos mas se aferraban a mí su calor, su contacto me estremecían – Aléjate - me removí nuevamente entre sus brazos logrando zafarme, camine al pasillo donde aun estaban las maletas tome la mía, Salí dando un gran golpe a la puerta.

Llegar al primer piso fue fácil ya que baje en el ascensor, cuando las puertas de aquella caja s e abrieron el estaba frente a ellas, agitado, tratando de tomar aire. Salí mirándole de arriba a abajo levantando mi ceja y tratando de esquivarlo, su brazo me atrapo

-podrías dejarme hablar- pido quedo de aliento

-No me interesa, ya he oído suficiente ahora me marcho a casa- ¿realmente quería alejarme ahora? Inquirí a mi misma

Sus brazos me tomaron haciendo que el agarre de mi equipaje se soltara, me levanto y cargo a su hombro dejando que mi vista chocara con su espalda y la más bella perspectiva de su trasero, patalee y golpee su cuerpo.

-Bájame- grite varias veces haciendo que la fuerza de su agarre se intensificara- me estas lastimando- chille aun mas irritada, tras propínale un fuerte golpe, acaso era de hierro que no se quejaba.



Dejo mi equipaje en medio del pasillo y dirigiéndose al vigilante le indico que lo guardara, subió por las escaleras, no decía nada, mis golpes cada vez se hacían más pausados, de que servía pelear cuando él era inmune.



Me rendí cuando avisamos el primer piso

-Ahora si me dejaras hablar- dijo molesto

-No- cruce mis brazos y deje que mi peso recayera, mi cabello ya estaba hecho una maraña




En la mitad de las escaleras que dan al segundo piso me bajo haciendo que quedáramos frente a frente, trate de huir pero nuevamente sus brazos me detuvieron acorralándome, su respiración agitada chochaba contra mi mejilla, su nariz rosaba mi piel tras leves movimientos, mi cuerpo se crispo, una pequeña ola de calor y frio recorrió cada una de mis terminaciones, mi respiración se acelero, mis piernas flaquearon tras el creciente ritmo de mi corazón, una de sus manos tomo mi rostro girándolo, sus labios se acomodaron a mi cerrada boca moviendo lentamente y succionado un poco mis labios alternando entre ellos, tras cada movimiento una sutil caricia en por mi cuello era regalada, cerré los ojos disfrutando la sensaciones que este hombre despertaba en mi.



Mis labios respondieron presurosamente a su pedido acoplándose a sus movimientos, irrumpiendo en su interior y seduciendo su lengua, acariciándola, recorriéndola y detallándola, nunca más lo volvería a tener de esta forma, no podía jugar con los sentimiento de Royce; un punzada en mi corazón hizo que me retorciera, mi parte odiosa y egocéntrica no deseaba que abandonara a quien ahora me besaba.



Continuamos besándonos apasionadamente las caricias que me dedicaba ahora también se concentraban en mis pechos, mis manos se entrelazaban en su cabello y su cuello, nuestros cuerpos peligrosamente se unían, mis manos dejaron su cuello para acariciar su cuerpo, metiéndose bajo la camisa, deleitándose con el calor de sus cuerpo, mis labios dejaron los suyos para buscar respiración, su cuerpo ya estaba totalmente pegado a mi cuerpo dejando ver que su erección crecía debajo de su pantalón, gemí al sentirla contra mi intimidad

-No deberías hacer eso- musito en mi cuello dejando que su lengua lo recorriera, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera, deje escapar otro gemido, luego volví a sus labios, a zacearme del hombre más exquisito del mundo, de mi oso.



Nuestros toques se fueron haciendo más desesperados, más deseosos, si seriamos uno en ese mismo sitio, mis manos se dirigieron presurosas a su pantalón, soltando su amarre, y dejando que mis manos invadieran su intimidad, mis manos se deleitaron con su prominente miembro, unos cuantos movimientos bastaron para que sus manos se dirigieran a mi pantalón y con hábil movimiento se deshiciera de él.

No importaba que estuviéramos a mitad de las escaleras de su edificio, no importaba que los vecinos pudieran vernos, no importaba nada mas, solo me importaba tenerlo a él, dejar todo lo que pudiese darle, se lo dejaría luego me iría y seria como si nunca hubiese sucedido, lamentablemente no puedo decir que sería como nunca hubiese existido porque lo recordaría.

-Te quiero Rose- dijo dejando que sus labios se entretuvieran con los míos, sus manos jugaban con mi intimidad, al igual que mis manos aun continuaban amando su erección, nuestro beso dejaba clara la necesidad de poseernos, acallamos algunos gemidos con aquel beso.



Retiro sus manos para luego retirar las mías de aquel cálido lugar, flexionó sus piernas un poco para acomodarse y luego penetrar en mi interior, el calor de su cuerpo en mi simplemente me hacia alucinar, entrelace mis piernas a sus caderas, permitiendo que las embestidas fueran más fáciles, me recargo un poco contra la pared, tras el choque de nuestros cuerpos, mas besos y caricias eran dejadas en nuestros cuerpos, sus labios silenciaban mis gritos.

-Me gustaría oírte gritar, y gemir como lo haces cada vez que estamos juntos, pero es mejor que te controles me pueden correr por comportamientos inmorales- dijo con voz entrecortada, mientras seguía bombeando en mi interior.

Las embestidas se hicieron mas rápidas en poco tiempo sentí como mi cuerpo se tensaban y mis piernas comenzaban a temblar, deje que mi boca se posara en su hombro y tras una nueva arremetida deje que todo en mi colapsara, mordí su hombro silenciando el placer que sentía, no paso mucho tiempo para que el me acompañara.



Tan solo unos segundo bastaron para que nuestros cuerpos se dejaran, rápidamente volvimos a ponernos las prendas quitadas, me tomo de la mano para volver a su apartamento.

-¿Te quedaras esta semana? - cuestiono como si sospechara lo que acaecería

-No, creo que poder estar aquí hasta el miércoles- dije bajando la mirada.

-Está bien, me encargare que los disfrutes- sonrió y me abrazo.

Lo que quedo de noche nos dedicamos a juegos nada sutiles, a dejar que mi cuerpo se grabará hasta el más mínimo detalle de su ser.


POV EMMETT




Maldije a mi suplente porque carajos se enfermaba precisamente hoy, pensé después de que el director Swan me llamara para informarme que debía cumplir con mi horario.

Trate de no hacer ruido para que mi linda acompañante no se despertara, deje una nota diciéndole que no me demoraría, maldije una y otra vez durante el camino; las horas se hicieron lentas y pesadas, mis alumnos se estaban descarriando ninguno había hecho los trabajos encomendados por mi suplente, así que realice un examen sorpresa. En lugar de estar aplicando una prueba debía estar en la cama con la mujer más linda y apetecible del mundo, suspire frustrado.



A penas termine con las clases la llame



-¿Como está la mujer más linda?-

-Molesta- aseguro y conociéndola así seria, me pude imaginar su ceja elevada y su boca torcida- McCarthy me la pagaras- amenazo, antes de que pudiese proferir palabra alguna me colgó

-Excelente ahora tengo que contentarla- pensé en voz alta

De regreso a mi apartamento entre a una floristería tal vez con unas flores y unos chocolates me perdonaría.

Regrese corriendo al apartamento, la busque en cada rincón, pero no estaba parecía que se hubiese esfumado, revise nuevamente el apartamento buscando un indicio de ella, una nota algo pero todo fue en vano, marque y su móvil pero estaba apagado.



Tome las flores para comenzar a pegarles destrozándolas por completo, que idiota era pensar que ella pudiese sentir algo por mí, la misma suerte corrieron los chocolates, destroce por completo mi detalle.

-Es un maldito juego- grite golpeando la pared- Es una aventura- repetí pateando el sofá.

Para distraerme un poco jugué X-box el resto de día. Entrada la noche volví a marcarle la llamada era desviada, una , dos , tres, cuatro, cinco veces y nada, la rabia llena mi cuerpo.

-Que carajos te sucede Emmett, tú mismo decidiste no volver a entregar tu corazón, ni enamorarte las mujeres solo sirven para dar dolor de cabeza y culo- exaspere nuevamente volví a marcar esta vez contesto

-¿Qué quieres?- su voz se oía totalmente fría

-¿Qué paso, porque te fuiste?- respondí

-¿Quién te crees que eres para venir a hablarme así?

-¿Por qué carajos no me contestas?

-¿Desde cuándo tengo que contestar las llamadas de personas no gratas?

-Eso no era lo que pensabas o sentías hace unas horas- grite totalmente enfadado- ¿Crees que puedes venir usarme y largarte?

-Tú mismo fuiste el que propuso eso, así que no te quejes, ahora déjame en paz mi novio esta cerca y no quiero problemas, así que adiós Emmett- colgó pero nuevamente le marque

-¿Qué?- dijo

-¿eso te preguntó a ti que, que sucedió, porque así no estabas cómoda?- la frustración me llenaba

-Mañana alguien va por mi equipaje, así que si no es nada más adiós y deja de llamar.

Mi ira fue descargada con un poco de alcohol, tome hasta perder la razón, pero por más que quise dejar de pensar en la cruel Rose, no podía.



Dos meses después aun no sabía nada de ella, si ciertamente todo había sido un sueño y yo me había quedado en el, necesitaba volver al juego así que aprovechaba cada fin de semana para salir con mis amigos y sus novias y saber que a ellas las conocimos cuando estuvimos en Miami, cada fin de semana intentaba ligar con alguna mujer, todas totalmente opuestas a Cruela Devil, aquella desalmada.



Pero no podía dejar de pensarla de extrañarla, cada vez o cada roce era simplemente eso algo vacio y efímero, algo totalmente temporal.

En más de una ocasión intente averiguar algo con Esme o Carmen pero las dos se rehusaban a decir algo, lo mismo sucedida con mis amigos

-Te lo dije- comento Eleazar- Ella es una mujer comprometida tu lo sabías, no dejaría a su prometido por ti, déjalo así, además la boda fue adelantada unos cuantos meses.



Eso termino de herirme, ahora no solo peleaba por tratar de mantenerla alejada de mis pensamientos, ahora me torturaba con su boda, me deje caer en sofá de aquella discoteca, dejando que mi vista se perdiera en la multitud y allí estaba su flamante prometido manoseando y casi devorándosela, si era ella, esa era su cabello un poco más corto y recogido pero seguramente era ella.




Tenía toda la intención de ir hasta ellos y gritarle muchas cosas, gritarle que él nunca le haría sentir lo que yo hacía, que nunca le oiría gritar como cuando le poseía, que nunca gemiría ante el roce de mis labios en su cuello, que nunca la tendría así de salvaje y desinhibida, ya me hallaba caminando en su dirección cuando la mujer se volteo, mi boca fue a parar al suelo, con las luces el cabello se veía de tonalidades rubias, pero no era Rosalie, no era mi Rose

-¡Tania!- exclame dejando que mi corazón volviera a latir.



Si nuestra relación estaba averiada, pero la podría recomponer lucharía para volver a su lado que importa en qué calidad volvería a ella, tarde o temprano regresaría con mi diosa





1 comentario:

  1. ♥♥♥♥♥♥♥♥♥
    Me encantaaa este fic!!!
    Pobre Emmet!!! :S
    Att: Claudia!!! ♥

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