“No Necesito un Cielo si tú no puedes ir a él ",
Bella Swan, Luna Nueva

"Un día escribiré tanto como Estrellas hay en el Cielo" Tiwii Cullen





Debemos aclarar que todas las historias que están en este blog nos pertenecen y son de nuestra autoría pero los personajes de la Saga Crepúsculo y algunas otras cosas más que aparecerán en los Fics que publicaremos aquí son propiedad de Stephanie Meyer, también existen personajes que son sacados nuestra imaginación.








jueves, 1 de julio de 2010

Amart e Duele Capitulo 3 Luchando por un Amor


CAPITULO 3. LUCHANDO POR UN AMOR

Hello's gente!!! se que algunas de ustedes han sido afortunadas y bendecidas por lo tanto significa que ya han visto Eclipse... bueno la sque no como yo esperamos el estreno en nuestros paises, espeor que la hayan disfrutado y pues aqui les dejo el capi de Amarte enserio espero les guste y pues no sean malitas comenten, me encantaria saber que les parece.

Este capitulo va dedicado especialmente a mi T, Teles amiga gracias por tu apoyo y tus palabras me hacen sentir de maravilla miles d e gracias por tu amistad y por levantarme el animo I LOVE FUCKING GIRL XOXO




Cada mañana, luego de abrir los ojos volvía a su lado, la mantenía al día con lo que sucedida, le contaba todas las cosa buenas y malas que acontecían en aquel frio lugar que desde hacía unos días era su hogar.

La curiosidad de Eleazar hizo que viajara desde Seattle para saber las verdaderas razones para dejar su brillante carrera

-¡Carlisle es un completa extraña!- gritaba molesto frente a la cama de Esme – ¡No la conoces, tiraste todo a la basura por ella!- decía más alto Eleazar observando a la mujer que descansaba en aquella blanca habitación

-Tú no entiendes- decía Carlisle con voz cansada- La quiero, tu sabes como es eso, no recuerdas las locuras que hiciste por Carmen.

Aunque no lo comprendía en totalidad Eleazar termino apoyando a su primo, eso no evito que muchas veces le dijera que debía dejarla en el hospital y seguir con su vida, mucho le había costado ser quien ahora era para echarlo a perder por una desconocida, todos los esfuerzos que había realizado fueron gratificados con las sonrisas de sus pacientes.

El nivel social de sus padres también mejoro considerablemente, por lo menos no terminaron sus días en aquellas infestas y malolientes calles de aquel suburbio, además pudo ayudar a costear la carrera de su primo Eleazar.

Si hubiese sido otra persona la habría dejado en manos de los medico pero con ella se sentía atado, su corazón dolía al ver que su vida se esfuma pero de algo estaba seguro sería capaz de dar su vida por salvarla.

-Te Amo- musito sobre su rostro dejando un beso en la frente- prometo venir pronto ahora tengo que trabajar, ya sabes hoy viene la señora Sue- suspiro frustrado.

Los días pasaban rápidamente y su estado no indicaba mejoría, muchas de las heridas se habían curado a otras le faltaban unos días mas para sanar por completo, los continuos exámenes indicaban que no existía lesión alguna en el cerebro, lo único que les inquietaba a los médicos era que aun estaba en coma y que si llegaba a despertar no podían asegurar que no sufriría alguna plejía.

Muchos de sus colegas habían perdido la fe en su curación por tanto opinaban que lo mejor sería desconectarla ya que no valía la pena mantenerla conectada a maquinas, que con lo que el invertía en esos gastos podría hacer algo mas, la ira inundaba su cuerpo tras oír a esos desalmados, no podría creer que siendo médicos hicieran esos comentarios

-¡No, No y No!- repetía enérgicamente- ¡No permitiré que la desconecten, es que no se dan cuenta que aun vive!.

-Carlisle- llamo uno de sus colegas- a nadie le importa si aun vive, nadie le visita y su familia asegura no le importa que suerte corre.

Golpeo fuertemente el escritorio, esta era la tercera vez en la semana que sus compañeros le decían esas mismas palabras

- Maldición, como se atreven a decir eso es una persona no un objeto, apuesto que tratan mejor a un perro que a su hija y no me vengan a decir que nadie se preocupa por ella, si es por la condenada cuenta yo la seguiré cubriendo, lo he repetido mas de mil veces y lo vuelvo a decir sobre mi cadáver la desconectan.

Todos le observaron atónitos, cada vez su respuesta era más firme y con más coraje, al final todos aceptaron la decisión tomada por él y no volvieron a insinuar nada que le hiriera.

-¿Cómo estás?- cuestiono Edward, poniendo una de sus manos sobre el hombro de sus amigo, desde que habían llegado al hospital se hicieron muy buenos amigos- ¿Te gustaría ir a tomarnos algo?

-Igual-
respondió a su primera pregunta- no lo sé, yo no quiero dejarla se que debería haberlo hecho pero yo…- sus palabras se cortaron, había algo que lo acongojaba y necesitaba decirlo en voz alta- ¿Crees que termine dejándola..?- la frase no se completo porque un gran nudo se formo en su garganta

-Solo tú lo sabes, recuerda que sea cual sea tu decisión te apoyare- admiraba la sinceridad de su amigo

-Gracias, te confieso algo-
espero que su amigo asintiera para proseguir- dime loco pero la quiero, sufro cada día, temo que no desee despertar y que por fin se rinda y si es así mi corazón se irá con ella- una lagrima se coló en sus ojos- Ya le había visto en una exposición de arte y desde ese día desee poder acércame a ella pero estaba comprometida, desde ese día me perseguía en mis sueños y por primera vez mi corazón parecía tener vida.

-Pronto, ya lo veraz, pronto todo mejorara- a pesar de su edad Edward era muy centrado y sabio
- Qué tal si le pido a Bella que nos haga algo de cenar, así no te demoraras, ya sabes la ventaja de vivir a unas calles del hospital.

Pocas veces aceptaba alejarse del hospital, esa noche trato de distraerse con su amigo y su encantadora esposa, Bella había comenzado a visitar a Esme una vez por semana, ahora iba casi todos los días, le había tomado gran aprecio a Carlisle y algo le indicaba que aquella bella mujer era la candidata acertada para el corazón de su amigo y la mejor madre del mundo.

La cotidiana rutina estaba plasmada, no se cansaba de hacer lo mismo, siempre realizaba los turnos asignados y colaboraba en una que otra cirugía pero no había vuelto a dirigir una, su mente se hallaba totalmente distante de aquella mesa metálica; las visitas durante el día las realizaba en los espacios libres, siempre contaba lo que sucedía, algunas veces le contaba chistes y anécdotas de su trabajo y siempre terminaba confesándole su amor incondicional, sus sentimientos eran tan fuertes que juraba que ella había sido hecha para él y aun en otra vida la encontraría.

Port Ángels es una cuidad fría con pocos días soleados, así que Carlisle aprovecha esos días, para llenar su habitación con girasoles y algunas otras flores que irradiaran viveza, abría la ventana dejando que el sol inundara el recinto, su piel parecía brillar reflejando los colores del arcoíris, sonaba estúpido pero así la veía él.

Tomaba uno de sus libros de poemas y comenzaba a recitarlos, su voz denotaba el amor y dedicación que sentía por ella, el sentimiento se plasmaba en el ambiente, en muchas ocasiones varias enfermeras a hurtadillas le oían declamarle a aquella mujer y muchas se sentían celosas.

-Hoy cumples cuatro meses de haberte accidentado- la tristeza le dominaba- Por favor despierta- Suplico depositando un beso en su mejilla sonrosada- Hoy hace cuatro meses ansió saber todo de ti y poder conquistarte, nunca he de olvidar el 8 de marzo- aseguro, sentándose en la orilla de la cama y retornando a su libro de poemas, pronto comenzó a recitar, sujetando una de las mano con sumo cuidado

“Mi ángel, mi todo, mi yo verdadero...
...Alégrate, sigues siendo mi verdadero y único tesoro,
Mis pensamientos están contigo, mi inmortal amada.
Sólo contigo puedo vivir plenamente o no vivir para nada...
Calma, mi vida, mi todo. Sólo considerando con calma nuestra existencia podemos lograr nuestro propósito de vivir juntos.
Sigue amándome, nunca juzgues injustamente el leal corazón de tu amado.
Siempre tuyo.
Siempre mío.
Siempre nuestro.”


Al terminar de recitar carta a un amor inmortal de Beethoven, sonrió mientras la observaba, de todos este era su poema favorito porqué cada palabra describía lo que sentía por ella.

Ya no sentía su cuerpo dolido, su alma y su corazón de seguro lo estaban pero no le importaba, una voz le acompañaba, la voz de ángel siempre estaba con ella, aunque todo a su alrededor era completamente oscuro, le oía muy cerca, su cuerpo se estremecía cuando unos labios le rozaban la piel o el alma, deseaba gritar, el contacto quemaba y un escalofrió le recorría todo el cuerpo, le agradaba sentir ese calor junto a ella, pero entonces en medio del pozo el temor la apresaba y no podía evitar pensar que Cayo le había encontrado, lloraba aunque sin lagrimas cada vez que eso sucedía; luchaba por poder ver algo más que oscuridad, algunas veces podía ver un leve color naranja o amarillo pero nunca podía llegar a ellos.

Su corazón se estremecía cuando la dulce voz le suplicaba que despertara, deseaba poder complacerla pero no tenía el suficiente valor, ni fuerzas, la oscuridad la mantenía presa.

Ese día sintió una sensación cálida en su piel, distinta a la que apreciaba cuando esa persona estaba cerca suyo, oyó claramente como mencionaba el accidente, su mente se sumergió en una serie de imágenes, todo lo vivido le golpeo con tanta fuerza que el dolor volvió le atrapo, la voz de su protector le calmo un poco mientras la secuencia continuaba un grito se ahogo en su garganta, la espesa negrura que le rodeaba poco a poco comenzó a disiparse.

Carlisle había decidido cantarle algo a Esme, había pedido a Edward le prestara una de sus guitarras, los primeros acordes surgieron por arte de magia, la única canción que se sabía en el momento era Desde Cuando de Alejandro Sanz muchas enfermeras la cantaban en los pasillos y sin quererlo se la había aprendido

Ya no duele porque al fin ya te encontré
Hoy te miro y siento mil cosas a la vez
Mira si busqué, mira si busqué
Tengo tanto que aprender
Todo lo que tengo es tu mirar

Dejo que una pequeña mirada se posara en la perfecta figura que descansaba en la cama, giro la cabe y cerró los ojos mientras continuaba cantando, un leve hormigueo recorrió su cuerpo.

Desde cuando te estaré esperando
Desde cuando estoy buscando
Tu mirada en el firmamento, va temblando
Te he buscando en un millón de auroras
Y ninguna me enamora como tú sabes
Y me he dado cuenta ahora
Puede parecer atrevimiento
Pero es puro sentimiento
Dime por favor tu nombre
No me vuelvas loco

Embelesado se hallaba cuando un leve movimiento en su pierna le hizo abrir los ojos, el leve movimiento le alerto, haciendo que sus ojos rodaran al cuerpo de la mujer que amaba. Se encontró con los hermosos ojos verdes y unas finas lagrimas rodaban por su delicada mejilla.

Rápidamente se puso de pie dejando la guitarra en el sofá donde solía dormir, volvió a ella; una gran sonrisa se dibujo en su rostro no daba crédito a su belleza, con sus dedos limpio las gotas que seguían cubriendo sus mejillas.

Por un momento olvido su profesión y el protocolo.

-¿Estás bien?- se apresuro a preguntar, luego presiono el botón rojo que llama a las enfermeras, antes de que estas llegaran saco una pequeña linterna que guardaba en el bolsillo de su bata, reviso los hermosos ojos de la joven, no podía dejar de sonreír sus reacciones indicaban que todo andaba bien, procedió a revisar sus oídos, está terminado cuando la puerta se abrió.

Edward ingreso agitado, nunca antes habían llamado de esa habitación así que cuando fue solicitado prácticamente voló

-¡Despertó!- musitaba alegremente Carlisle y por primera vez desde que le conocía Edward noto un brillo especial en su mirada.

-Ya veo- dijo palmeando la espalda de su amigo-¿Cómo esta?

-Bien aun no terminaba de revisarla, pero prosigue yo observo

-¿Puedes oírme?- cuestiono el joven médico a su paciente.

La vista de Esme viajaba por toda la habitación, no sabía dónde estaba, ni quiénes eran ellos, el miedo le lleno su cuerpo.


Carlisle noto que la mujer que amaba estaba nerviosa y temerosa, así que acerco lentamente a ella, la tomo de la mano presionándola un poco

-Estas a salvo- susurro dulcemente

-Creo que debes explicarle lo ocurrido- sugirió Edward.

Carlisle, pensó un poco si hacerlo o no, sopeso los pro y los contra, aunque no estaba seguro de su decisión al final terminado narrándole como fue hallada en aquel auto casi sin vida, cuanto había transcurrido desde aquel fatídico día y todo lo sucedido con su familia y su ex prometido, el matrimonio con su hermana menor y su posterior radicación en Italia, suspiro hondo porque sabía que debía decirle que había perdido a su hijo no deseaba hacerlo pero no sería justo si lo ocultaba, mientras el narraba lo sucedido las lagrimas no se detenían, a medida que el contaba ellas aumentaban, con el dorso de su mano limpiaba las molestas lagrimas que empañaban la belleza de su musa.

-Todo estará bien- susurro cuando su relato finalizo- yo te ayudare.

-Soy Libre- dijo atónita la bella mujer- Lo conseguí, realmente soy libre- una débil sonrisa apareció en su rostro.

Los presentes no entendían a que se refería.

-Esme - le llamo el joven médico, ella pareció un poco sorprendida- ¿puedes mover los pies?

Comenzó a mover los dedos de los pies y poco a poco comenzó a moverlos pies de lado a lado, la sonrisa de los médicos no se hizo esperar, ahora si estaban completamente seguros que estaba bien.

-Bien, esperemos por unos minutos y ordenare te traigan algo para comer debes tener hambre y más tarde te realizaré unos exámenes mas para verificar que estés complemente bien, ¿de acuerdo?- asintió- les dejo para que hablen y yo llamare a Bell’s para contarle lo sucedido.

Cuando Edward salió llevaba su móvil en el oído, el silencio en la habitación se hacía pesado, el se moría por oír su voz, pero algo le decía que no la presionara que esperara, sus manos aun sujetaban la delicada mano de la joven, su temperatura era mucho mas cálida

-Gracias- esta fue la segunda vez que hablo.

Observo atenta al joven a su lado, a su ángel, la voz que le acompañaba en la oscuridad era suya, no entendía porque él le acompañaba, era una completa extraña.

-Estaré contigo si me lo permites- indico Carlisle.

Sus miradas se hallaron entrelazadas por unos segundos, ella parecía meditar las palabras que aquel hombre quería confiar y gritar que si, total ahora estaba prácticamente en la calle, pero lo poco que le quedaba de corazón le reprimía “Te lastimaran una vez mas” Se gritaba “Nadie, óyelo bien nadie te ama ni te amara”, las lagrimas surcaron su rostro.

-No llores, Tranquila, todo estará bien- la consolaba su ángel, sus manos se aferraron fuertemente a las de él, esta era la única forma en que podría sentirse segura.





Bien en verdad amo escribir este fic, espeor le haya gustado el capitulo.
Las Ama

ADA CULLEN

4 comentarios:

  1. HAY Q BUENOOO!!! SISIS SE DESPERTOOO ME ENCANTAAAAAAAAA

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  2. Ada nena, tengo tantas cosas que decirte.. me adivinas y me encanta. La amada inmortal, la adoro...no hay nada más bello, mi niña. Beethoven era para mí el personaje más atormentado hasta que apareció Edward Cullen...
    Es fabuloso, como juegas con naturalidad con los personajes, como todo va encajando, suavemente. Amo a Carlisle y te amo a ti, ya lo sabes; cada minuto.
    Millones de besos
    T.

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  3. El capi es genial...
    hay pocos fics de Carlisle y Esme como protas, pero este es simplemente genial...
    me alegra que decidieras escribirle....
    sigue asi y muchos besos nena!!!

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