“No Necesito un Cielo si tú no puedes ir a él ",
Bella Swan, Luna Nueva

"Un día escribiré tanto como Estrellas hay en el Cielo" Tiwii Cullen





Debemos aclarar que todas las historias que están en este blog nos pertenecen y son de nuestra autoría pero los personajes de la Saga Crepúsculo y algunas otras cosas más que aparecerán en los Fics que publicaremos aquí son propiedad de Stephanie Meyer, también existen personajes que son sacados nuestra imaginación.








martes, 22 de junio de 2010

Pasion a Segunda Vista, Capitulo 13: Paz (Primera Parte)




Pasión a Segunda Vista


Capitulo 13:


Paz (Primera parte)





POV Bella:




Estaba sentada en un avión que se dirigía a un destino incierto. Pasaría las siguientes dos semanas en compañía de Edward, estaba segura de que serian las mejores vacaciones de toda mi vida.



- quiero advertirte que no visitaremos un solo lugar- dijo mirando hacia al frente pero con una enorme sonrisa en sus labios.

- ¿Qué? ¿no estaremos solo en una parte?

- No- dijo con una cara de felicidad que era impagable

- Prepare un pequeño tour por 3 países, estaremos 4 días en cada uno. Lo único que te puedo decir es que te encantaran los países que visitaremos. Además lo se porque ninguno de ellos los haz visitado, tu madre me ayudo con eso.

- Veo que tu y mama no pierden el tiempo planeando cosas

- Gozo de la buena voluntad de mi suegra, debo aprovecharme de eso

- Tienes razón jamás había visto tan emocionada a mama con que saliera de viaje y menos con un novio. No quiero comparar pero una vez con Jake nos íbamos a ir de viaje y ella se opuso terminantemente. Me dijo que si salía de casa que me olvidara de ella y de Phill

- ¡Wow! Eso quiere decir que soy afortunado- sentencio con una sonrisa

- No, me haces feliz Edward y mi mama se da cuenta que contigo estoy muy bien.

- En eso tienes toda la razón- me dijo y beso mis labios.



El avión se elevo por los cielos y emprendimos el viaje a nuestro primer destino, después de muchas horas nos preparamos para aterrizar. No se cuando pero me quede profundamente dormida, era algo excepcional dormir en los brazos de Edward, me sentía protegida y amada a la vez. Comencé a escuchar nuevamente el sonido del avión avisándome que ya estaba despertando de mi sueño, unos labios tibios se posaron en mi frente y me sacaron completamente de mi estado.



- esta manera de despertar me encanta- dije con voz pastosa

- a mi me fascina, pero espera a que amanezca, despertar a tu lado será lo mejor del mundo.

- Pasajeros por favor abrochar sus cinturones de seguridad porque estamos próximos a aterrizar.

- Ya es hora- dijo

- ¡que emoción!, pero dime ¿Dónde estamos?

- No lo sabrás hasta que salgamos de aquí. ¡ah! Y ponte tu abrigo porque aquí hace un poco de frió.



Nos acomodamos en los asientos y comenzamos a descender, trate de mirar por la ventana pero Edward me dijo que no fuera curiosa, hice un puchero y espere a bajar del avión. Cuando ya nos pudimos parar tome mis cosas y caminamos hacia la parte de desembarque, cuando llegamos a la sala de pasajeros casi se me cayo la boca al darme cuenta en donde estábamos.



- Bienvenida a Suiza- dijo Edward en un susurro cerca de mi oído, una sonrisa enorme apareció en mis labios

- ¡Wow!- dije con una expresión de completa sorpresa. Siempre había querido venir aquí.

- Lo se es por eso que hemos venido



Edward me tomo de la mano y nos dirigimos a policía internacional, estuvimos cerca de 1 hora tramitando nuestro ingreso pero cuando ya estábamos listos no podía esperar a recorrer este hermoso país. La cara de Edward era adornada por una enorme sonrisa, el estar con el sola y sin ataduras de ningún tipo significaba un gran avance para nosotros, mire mi mano y mi pulsera con el dije de corazón colgaban de mi muñeca cada vez que la veía amaba mas a este hombre que camina a mi lado de verdad la vida nos estaba dando una lección muy importante a el le había enseñado a darse cuenta de sus errores y a tratar de enmendarlos, por otra parte a mi me había enseñado algo muy importante que yo pensaba que tenia pero al parecer no era así. La vida me enseño a perdonar.

Salimos a la sala de abordaje y un hombre muy alto y con uniforme nos esperaba, lo pudimos identificar porque tenía un cartel enorme que decía “CULLEN”.



- veo que tenias todo preparado

- digamos que si, espera a ver todo lo que tengo para ti.

- No puedo esperar- dije emocionada



Caminamos hacia donde estaba el hombre, Edward lo saludo en un perfecto ingles. Comenzaron a hablar y pronto comenzamos a seguirlo. Bajamos en ascensor a los estacionamientos del aeropuerto y caminamos entre los autos que estaban aparcados allí. Me sorprendí al ver que el chofer se dirigía a una estupenda camioneta negra, era hermosa Land Rover del año color negro, toda una belleza. Nos indico que nos subiéramos y así lo hicimos, el se dedico a subir la gran cantidad de maletas que llevábamos, trate de no llevar tanto ya que en donde estuviéramos podría comprar ropa si hacia falta. Salimos del aeropuerto y nos esperaba un paisaje maravilloso, estaba nevando la gente andaba por la calle como si nada pasara, el frió era demasiado pero me sentía muy bien estando aquí jamás imagine visitar este país y menos en la compañía de Edward, eso hacia que todo fuera diferente y mucho mejor.



- Edward ¿en que cuidad estamos?

- Nos encontramos en Bern, la capital de Suiza. Ahora nos dirigimos a nuestro hotel, nos hospedaremos en el Bellevue Palace.

- ¡Wow! Veo que lo tienes todo preparado

- ¡claro que si!, no te traería a tientas, me dedique a planear este viaje una semana completa.

- Edward- dije casi en un susurro- se que no debería preguntar esto pero es algo que me intriga, espero que no hayas gastado mucho en todo esto, pero por lo que veo hasta el momento creo que este auto es lo mas simple de todo nuestro viaje- estaba preocupada, Edward era un estudiante al igual que yo, ¿de donde demonios había sacado dinero para costear todo esto.

- Bella sabia que me preguntarías por eso, mira mi amor quiero que te quede claro que todo esto es un regalo, tu y yo nos merecemos unas vacaciones después de todo lo que hemos pasado además el dinero no es problema yo tenia guardado y tus padres y los míos pusieron lo que nos faltaba. Ellos eran los mas interesados en que tuviéramos este viaje, sabían que nos hacia falta a los dos.

- ¡wow!- dije en un susurro- eso es verdad, todavía no me explico como nos dejaron venir solos- dije con duda- es como… empujar a la caperucita a la cueva del lobo ¿no?-Edward soltó una enorme risa que lleno todo el auto

- Si digamos que si, pero eso no importa Bella tu y yo sabemos cuidarnos además ya estamos grandes como para poder viajar solos ¿no te parece?- asentí- ahora déjate de preocuparte y preguntarte porque son las cosas así, solo disfruta Bella…

- Esta bien- dije y perdí mi mirada en la ventana, el paisaje era sublime.



Llegamos al hotel y mi sorpresa fue mayor al ver el tamaño del edificio. Era una hermosa edificación, tenia muchísimos pisos y estaba ubicado en un sector muy céntrico de la ciudad.



- Bienvenidos al Bellevue Palace- dijo un hombre en ingles

- Muchas gracias- saludo Edward cortes- tenemos reservaciones a nombre de Edward Cullen.

- Bien Señor y Señora Cullen, su habitación es la 8895, “Victorean Suite”- nos entrego la tarjeta y un ardor en mis mejillas me hizo girarme, cuando estábamos en el ascensor me mire en los espejos y mi cara estaba completamente roja.

- ¿Qué pasa?- pregunto Edward divertido.

- Nos llamo Sr. y Sra. Cullen- dije sonrojándome furiosamente.

- Si lo se, fue agradable escucharlo- respondió con una sonrisa iba a responderle algo pero el ascensor se abrió y el botones que llevaba nuestras cosas salio indicándonos que habíamos llegado a nuestro piso.

La puerta era la última del enorme pasillo, en ella había un cartel que decía “Victorean Suite” y el número estaba debajo. Metimos la tarjeta y la puerta a una habitación de ensueños se abrió para nosotros. Entramos a un recibidor largo que al final conectaba con la sala de estar, tenía unos hermosos sillones de color azul y estaba todo decorado con estilo victoriano. Era preciosa, la suite tenía dos habitaciones con camas matrimoniales, 2 baños enormes y 1 pequeño en la recepción. Estaba maravillada, el botones dejo nuestras maletas en la sala de estar y se retiro sigilosamente. Me acerque a las ventanas y me emocione al ver el paisaje, era realmente sublime.




- ¿estas contenta?- pregunto Edward abrazándome por la espalda.

- Contenta no es precisamente la palabra, de hecho no encuentro alguna para expresar mi emoción. Estoy en shock.

- Que bueno que todo esto te gusta, quiero que disfrutemos estas dos semanas Bella, seremos solos tu y yo, nada mas podrá interferir con nuestro viaje

- Lo sé y eso es lo que mas me emociona, ninguna interrupción- me gire y comenzamos un beso lleno de pasión, las ansias por tenerlo conmigo eran muchas y estaban contenidas desde hace tiempo, sabia que en este viaje no abría ninguna interrupción, podríamos vivir nuestro amor libremente.



Nos separamos por la falta de aire, juntamos nuestras frentes en un momento mágico que solo nos pertenecía a ambos.




- bueno y quiero saber una cosa- le dije cuando ya nos habíamos separado. Estaba parada en el medio de una de las habitaciones.

- ¿Qué cosa?- pregunto parado a unos pasos de mi.

- ¿Por qué esta habitación tiene dos recamaras?

- Porque una es para ti y la otra para mi- dijo en el tono mas normal que le había escuchado hasta ahora. Me asombre conmigo misma al sentir decepción.

- OH ya veo, bueno entonces pondré mis maletas en esta- dije girándome para ir a la sala de estar. Recogí todas mis cosas y las lleve hacia el closet que había en mi recamara.

Edward llevo sus cosas a su habitación y las acomodo también. Mientras guardaba mi ropa un dolor cruzo por mi pecho, ¿Por qué Edward no quería dormir conmigo?, tal vez idealice mucho con este viaje pero pensaba que esto nos serviría para afiatarnos mas como pareja y para estar juntos cada vez que pudiéramos, pero parece que me había equivocado.



Cuando ya todo estaba desempacado salimos a conocer la ciudad, debo decir que me sentí completamente impresionada por la arquitectura de cada edificio o parte por donde pasábamos, eran hermosos. Había casas o edificaciones que estaban allí desde hace siglos, visitamos muchas partes y nos sacamos millones de fotos. Lo que mas me gusto es que hicimos un completo tour por casi todos los museos de la ciudad pasamos por el museo de historia natural, el de bellas artes, el de los alpes suizos, por la casa de Einstein y por le museo de comunicación. Eran hermosos cada uno tenia su historia particular y muchísimas obras que admirar.




Llegamos al hotel a eso de las 7 de la noche, yo estaba agotada después de recorrer todas esas partes y ver tanta belleza lo único que deseaba era acostarme, cuando entramos en la habitación fui corriendo y me tire en mi cama, Edward se paro en el umbral de la entrada y me miro con una sonrisa.



- ¿no me digas que estas cansada?

- Claro que si, ha sido mucho por hoy

- Que lastima y yo que pensaba en llevarte al mejor restauran de la ciudad- dijo con tono de decepción

- ¿enserio?

- ¡pues claro que si!, anda cámbiate de ropa que nos iremos en 1 hora, además no vinimos a quedarnos encerrados ¿o si?

- No claro que no- respondí con una pequeña sonrisa. ¿a quien quería engañar? No me hacia nada de gracia estar en este plan. Pero algo haría con esto, no iba a desperdiciar dos semanas con Edward, no lo haría.




Me metí al baño, deje que el agua aclarara mis ideas y mis pensamientos, si Edward quería hacerse el duro y jugar con su autocontrol yo lo derribaría por completo, este iba a ser un juego muy divertido y una noche muy especial. Busque en mi closet la ropa que había traído, al ser una chica lista puse en mi maleta todo lo que posiblemente iba a necesitar y para mi suerte había puesto vestidos de noche y para salir. Escogí uno que me encantaba era de color rojo y tenia pequeños detalles en negro. Lo mas hermoso de este vestido era el escote, tenia una abertura que exponía mis senos y los hacia ver mas grandes y voluptuosos. Abrí una pequeña maleta que traje y me sonroje al ver lo que tenia, antes de hacer mis maletas Alice me había llamado para darme unos cuantos consejos sobre lencería, nos habíamos vuelto muy cercanas pero aun me daba vergüenza hablar de mis relaciones sexuales con ella, especialmente porque le protagonista era su hermano. Mire cada pieza que empaque, eran todos conjuntos atrevidos y muy sexy. Me sonroje aun mas al pensar todo lo que había imaginado para este viaje, pero no importaba mis vacaciones iban a ser perfectas y jugar a seducir a Edward era algo que me había saltado en nuestra relación y que ahorita podía realizar. Estaba decidida a todo.



- ¿Bella estas lista?- dijo Edward al cabo de una hora, estaba dándome los últimos retoques de maquillaje y acomodándome el cabello.



Salí hacia el salón y el estaba de espaldas contemplando la ciudad por los enormes ventanales. Aclare mi garganta y adopte una pose muy sexy.



- lista- dije en un susurro, el se giro y a medida que iba dándose la vuelta sus ojos se iban ensanchando cada vez mas. Cuando estuvo completamente enfrente de mi su rostro tomo un color carmesí y su boca se entre abrió soltando un enorme suspiro.

- ¡Wow!- dijo con la misma expresión- cuando pienso que ya no puedes ser mas hermosa siempre terminas sorprendiéndome, no se si será el agua pero no hay día que no te encuentre mas linda que antes- sus labios tomaron una sonrisa. Se acerco lentamente como un gato cazando su presa, sus manos pasaron por mi espalda y me pegaron rápidamente a su cuerpo, si no fuera por la tela estaba segura que nuestra piel se abría fundido en una sola. Su cara quedo frente a la mía, su boca estaba entre abierta como invitándome a que lo besara, apreté las manos para controlar mi deseo, mi boca se seco al sentir su halito golpear en mi cara mis sentidos se entremezclaron con su dulce aroma y me dejaron con la guardia bajo, Edward acaricio mi cara con sus labios logrando con mis ojos se cerraran y soltara un gemido de mis labios, su cuerpo comenzó a reaccionar con rapidez, en la base de mi estomago se genero un calor que iba aumentando conforme pasaban los segundos, sus manos recorrieron mi espalda pero cuando tocaron mi piel las descargas que se produjeron en el contacto me hicieron reaccionar, recupere el poco control que tenia sobre mi y me separe dándole una seductora sonrisa.

- Entonces vamonos que ya se nos hace tarde- le dije en la voz más normal que pude utilizar.



Caminen hacia el recibidor, a mis espaldas sentí la mirada de Edward seguida de un enorme suspiro de frustración, era el primer indicio de que mi plan estaba funcionando. Todavía no me explicaba el porque de la actitud de Edward, tal vez el… no realmente no lo sabia, pero si quería jugar, los dos nos divertiríamos. Salimos hacia el lobby del hotel y en la puerta principal estaba la misma camioneta esperándonos. El conductor nos llevo a dar un pequeño tour por la ciudad si de día se veía maravillosa de noche lo era aun mas, todas esas torres y edificios enormes estaba completamente iluminados y se veían aun mas hermosos. El rió que cruzaba toda la ciudad estaba iluminado por faroles y luces de colores, era una vista maravillosa de una ciudad que se me hacia increíble. Llegamos a un restauran muy lindo, entramos y el recepcionista nos llevo hacia una gran mesa que estaba retirada de las demás. La cena paso tranquila conversamos de todos los temas que nos encantaban, me sentí feliz de poder estar así de tranquila con Edward, alejaba cualquier recuerdo amargo que se quisiera entrometer en nuestra velada. Alrededor de las 10 nos fuimos, le pedí a Edward que nos dirigiéramos al hotel ya que estaba un poco cansada que mañana podríamos seguir conociendo, el acepto con una sonrisa. Cuando íbamos en la camioneta me acomode en su hombro, dormite un poco hasta que sus besos y caricias me despertaron. Al llegar a la habitación nuevamente me saque los zapatos y avente mi bolso contra el sofá. Edward entro detrás de mí pero su semblante era torturado y un poco apagado. Me acerque a el y sus ojos negros delataban el deseo que había escondido en su cuerpo. Se estaba conteniendo.



- bueno mi amor buenas noches- le dije dándole a entender que me iba a la cama.

- Si, buenas noches que duermas bien- me respondió disimulando su pesar. Me acerque a el lentamente, puse mi manos en su cara y mi boca se junto con la de el, al principio disfrute de un beso lleno de amor, sus labios y los míos encajaban como la mas perfecta de las formulas parecían hechos el uno para el otro. No se como y porque pero Edward movió sus labios con ansia despertando ese deseo que tenia escondido desde hoy por la mañana, su boca comenzó a devorar la mía dejando entrever todo lo que sentíamos en el momento. Mis manos se pasaron a su pelo pegándolo aun mas a mi, nuestros cuerpos se pegaron y mi plan de irme a la cama se vio substituido por uno mucho mejor.

- No puedo creer que intente ignorarte- dijo entre gemidos

- ¿Por qué lo hiciste- le pregunte bajando hacia su cuello a devorarlo con besos y lamidas

- Quería… ¡dios mió!- soltó un grito cuando lamí desesperadamente su piel- quería ser yo… el que te seducirá.- cuando nombro esas palabras mi corazón dio un brinco de felicidad, el me amaba y me deseaba tanto como yo a el.

- Que tonto…- le dije y lo mire con una sonrisa- nunca mas me rechaces así, llegue a pensar que ya no te querías quedar conmigo- su expresión cambio placer a incredulidad

- ¿Qué? ¿pero como piensas algo así?- sus manos se pegaron a mi espalda y nuestros cuerpos se fundieron en uno solo- si lo único que deseo desde que llegamos es arrancarte la ropa y tenerte todo el día en la cama, cuando te pusiste ese vestido estuve a punto de caerme, echaste por la borda todo mi plan. Se suponía que yo debía seducirte pero tu me dejaste atónito con tu actitud, en el restauran estuve a punto de llevarte al baño y tomarte ahí mismo- dijo antes de fundirse en mi cuello y besarlo. Las imágenes vinieron en forma de flash, la última vez que habíamos estado metidos en un baño había sido la experiencia más erótica de mi vida.

- Entonces ahora libera ese deseo Edward, hazme el amor-



Creo que solo faltaron esas palabras para desencadenar el deseo en ambos, mi autocontrol se fue muy lejos y comencé a disfrutar de las caricias del hombre que amaba. Todo comenzó con la enorme energía que impulsaba el deseo de ambos, sus manos recorrieron toda mi espalda y rápidamente quitaron mi vestido, para mi suerte y se deleite me había puesto una de esas sexy prendas de lencería, Edward me recorrió con la mirada oscura y cargada de deseo, lo tome del cuello de la camisa y lo arrastre hacia mi cama. Subí en ella y comencé a trabajar en su ropa, era un gran impedimento para todo lo que maquinaba mi mente mis manos se fueron a su camisa y con fuerza bruta la abrí haciendo volar todos los botones, la sonrisa de Edward fue aun mas arrebatadora que antes, rápidamente nos despojamos de toda la ropa que sobraba dejándolo solamente en unos boxers. Lo acerque a mi boca y nos dejamos caer uno encima del otro arriba de la cama, el beso mi boca con una pasión que me nublaba la vista y me hacia gemir incontrolablemente.



- tu piel siempre es la mas suave- dijo en un susurro contra mi piel- eres lo mas hermoso del mundo Isabella y te amo con locura- cuando escuche sus palabras casi derrame lagrimas de la emoción

- y tu siempre me das ese calor que me llena y me hace enloquecer, te amo- respondí, sonrisa adornaron nuestros rostros pero fueron rápidamente reemplazadas por besos y gemidos.

Edward bajo hacia mis pechos y saco la prenda de vestir que sobraba en este encuentro, sus manos y boca se posicionaron de ellos, sus dientes tomaron mi pezón y lo mordieron levemente para luego lamerlo hasta dejarlo completamente erecto, mi cabeza se iba involuntariamente hacia atrás. Mientras Edward lamía y mordisqueaba uno de mis senos su otra mano bajo por mi estomago hasta la parte mas baja de el, sus dedos rápidamente se colaron en mis bragas y encontraron el punto que me hacia explotar en placer. Con sus dedos hizo círculos sobre mi botón para luego introducir sus dedos en mi cavidad que estaba completamente mojada. Sus manos tomaron mi centro con la maestría que habíamos desarrollado en conjunto, las mías comenzaron a recorrer toda su piel, llegue a la orilla de su bóxer y me sonreí al sentir la potente erección que se estaba guardando solo para mi, metí mis manos y la tome en todos su esplendor no pude evitar masajearla y propinarle todos los cuidados que esta se merecía, Edward centro mi cavidad cada vez mas rápido, sentía la potencia de sus embestidas cosa que acrecentaba mi placer. Mis manos masajearon con gran habilidad su miembro, Todavía era impresionante recordar que para Edward yo era su primera mujer, siempre seria suya, no quería ser de nadie más.




- ya basta- le dije soltando un gemido desde lo mas profundo de mi garganta- te quiero… ahora- rogué cuando sentí que mi orgasmo estaba próximo a llegar. Edward solo sonrió, se puso un preservativo y se posiciono entre mis piernas.

- ¿Estas lista?- pregunto sobre mis labios

- Si- respondí en un susurro para luego devorar su boca, nos besamos a lo largo de su inserción, cuando ya lo sentí completamente dentro de mi nos soltamos rápidamente para dejar escapar gemidos por la sensación tan placentera que estábamos pasando.



Sus movimientos comenzaron lentos, disfrutando de cada centímetro que se introducía dentro de mí, sus codos se acomodaron a la altura de mis hombros y ambas manos descansaban a cada lado de mi cabeza, sus ojos estaban cerrados y su boca entre abierta. Mi cabeza giro y mis ojo se nublaron al sentirlo que incremento el ritmo, mis espalda se arqueo y mis caderas se chocaron contra las de el haciendo mas profunda la penetración, mi botón se frotaba majestuosamente contra su piel incrementando de manera alarmante el placer, sus embestidas se hicieron rápidas y fuertes, la habitación estaba llena de gemidos sensuales y palabras de incoherencia. En parte baja de mi estomago se comenzaron a arremolinar las sensaciones mas deliciosas del mundo, sentía como se formaba esa explosión de placer que pronto saldría a flote. El ritmo se hizo constante nuestras caderas chocaban y su sexo me penetraba de manera bestial, solo algunas envestidas mas tarde mi espalda se arqueo completamente dejándome expuesta a un intenso orgasmo, nuestros cuerpos seguían convulsionando juntos aun después de haber bajado del clímax.



- nunca mas vuelvas a ignorarme- le dije con la respiración entrecortada y pegándome a su cuerpo.

- Nunca mas- dijo y sus sonrisa era evidente pero su cansancio aun mas.



Nos acomodamos entre las sabanas y completamente abrazados nos quedamos dormidos. Sin duda hacer el amor con Edward era una de las cosas que jamás cambiaria en mi vida, la experiencia cada vez era mejor.



Los 3 días que nos quedaban en Suiza se nos pasaron volando, terminamos de conocer la cuidad y también fuimos a esquiar a las montañas, pero ya era hora de partir estaba ansiosa por conocer que otros destinos nos deparaban.




- ¿te gusto venir aquí?- pregunto Edward antes de abordar el avión.

- No me gusto- dije seria la cara de Edward no tenia precio- ¡me encanto!, jamás podré olvidar este viaje, esta ciudad es mágica y de verdad ame estar aquí contigo.

- Que bueno, pero ahora nos esperan dos países mas. El siguiente será mas romántico que este, además nos espera un momento muy especial.

Aplaudí como una vez había visto a Alice, Edward rodó los ojos y se acomodo a mi lado, unas cuantas horas mas tarde ya estábamos desembarcando, cuando llegamos a la parte donde estaba policía internacional supe de inmediato donde estábamos.

- ¡OH POR DIOS! ¿estamos en Francia?

- Así es- dijo Edward con una enorme sonrisa- Bienvenue à Paris- dijo en un perfecto y sensual francés. El sentirlo tan cerca hizo que mis conexiones nerviosas reaccionaran solo con el rozar de su halito.



Me lance a sus brazos y salte en su cuello como niña chiquita, siempre había querido venir a Paris. Pasamos rápidamente por policía internacional y fue lo mismo que en Suiza, estuvimos cerca de 1 hora esperando y luego nos encontramos con chofer que nos estaba esperando. Este era diferente, creo que hasta tendría nuestra edad, era rubio de ojos claros como cielo. Al encontrarnos con el su mirada me examino de pies a cabeza.



- Bienvenue à Paris, M. Cullen et Mademoiselle…- saludo en su perfecto francés, lo último lo dejo en forma de pregunta. Sentí el cuerpo de Edward parado detrás mió, una de sus manos paso por mi cintura y me pego mas a el, en señal de posesión. Se había puesto celosos y eso me encantaba.

- M. et Mme Cullen- respondió Edward en un increíble francés, el chico nos dedico una mirada, sus ojos se posaron en la mano que Edward tenia en mi cintura.

- M. et Mme Cullen, s'il vous plaît me suivre- dijo el joven indicándonos la salida del aeropuerto

- Merci- respondí yo para distender un poco el ambiente, sentía el cuerpo de Edward tenso. Nos encaminamos a la salida y allí nos esperaba un mercedes de color azul con los vidrios polarizados. Nos subimos y encaminamos hacia el hotel. Edward no me hablo en todo el camino, sabia que no estaba enojado conmigo solo porque constantemente me besaba y abrazaba. Sabia de sobra que lo que le molestaba era el conductor. El nos observaba a cada rato por el espejo retrovisor.



Cuando bajamos del auto quede maravillada con la fachada del hotel. Era impresionante, parecía un castillo, Edward no se despegaba de mí, fuimos a la recepción y validamos las reservaciones.



- Bienvenue à l'Hôtel Crillon M. et Mme Cullen, nous espérons que votre séjour agréable

- Merci- respondimos al unísono.

- sa chambre est de 796 au 7ème étage, voici la carte pour ouvrir la porte. Le bouton vous amène à votre chambre. vous apprécierez votre séjour- nos entrego la tarjeta de la habitación y por lo que entendí la habitación era la 796 del 7º piso, yo entendía francés pero no lo hablaba mucho. Jamás tuve la oportunidad de salir del país o de entablar una conversación con alguien que supiera para practicarlo.



Dejamos atrás al chofer, hasta que nos subimos en el ascensor sentí que tenia sus ojos pegados en nuestra espalda, subimos en el ascensor y nos dirigimos hacia el 7º piso, Edward iba serio pero me tenia fuertemente agarrada por la cintura. Llegamos a la habitación me impresiono ver que le quitara al botones las maletas en la puerta y le diera con esta misma en la cara.



- Edward ¿Qué te pasa?- pregunte cuando estábamos solo

- No me digas que no te diste cuenta

- ¿de que?

- ¡que ese maldito casi te tira su hombría por la cara el muy mal nacido! ¡estaba coqueteando descaradamente contigo mi amor!- cuando dijo eso su rostro tenia rastros de celos y de rabia pero me pareció desde un punto extraño increíblemente tierno. No se porque pero me hacia amarlo aun mas el que tuviera estas reacciones.

- Edward, mi amor- me senté e hice que se sentara conmigo- dime ¿a quien amo yo?

- A mi- dijo y levanto su cabeza, una sonrisa torcida de esas que me volaban todos los sentidos apareció en su rostro

- ¿entonces?... no te enojes por algo así mi amor, yo te amo mas que nada en este mundo y no creo que después de todo lo que pasamos vayas a arruinar nuestro viaje ¿cierto?

- Claro que no mi amor-

- Ahora bésame antes de que me enoje por lo mucho que te demoras- le dije con una sonrisa, me tomo en sus brazos y me sentó ahorcadas sobre el.



Cuando nos logramos despegar fuimos a recorrer la habitación. Era sencillamente hermosa no habían palabras para expresar todo lo que sentía por estar en un lugar así, Edward fue a acomodar las maletas a la habitación y yo Salí al balcón a contemplar el paisaje. Teníamos una maravillosa vista de la torre Eiffel, no podía a esperar que fuera de noche para verla encendida.



- bien ¿y que quieres hacer primero?- pregunto pasando sus brazos por mi cintura.

- Quiero darme un baño- dije con una sonrisa

- Bien entonces bajare a arreglar lo del chofer.

- No entendiste la idea mi amor- dije girándome con ojos picaros

- ¿a que te refieres?- pregunto con una sonrisa.

- A que quiero que nos demos un baño- dije destacando las palabras en plural. Una seductora sonrisa apareció en el rostro de Edward, ambos nos fundimos en un beso y no se como llegamos al baño, pasamos una de las mejores tardes de todo el viaje, esta ciudad era mágica y te llenaba con esa misma magia.



Al cabo de unas horas cuando por fin nos pudimos despegar Edward bajo a la recepción a pedir el cambio del chofer. El caballero que estaba en la detrás del mostrador acepto de inmediato, al cabo de unos minutos le presentaron a nuestro nuevo chofer, un señor mayor con una dulce sonrisa.



Salimos ha recorrer la ciudad, hoy nos quedaríamos en la habitación ya que llevábamos casi una semana de actividades y no habíamos descansado nada. Fuimos a visitar los lugares mas emblemáticos, de noche la ciudad se veía hermosísima, adornada de miles de luces de colores, disfrutamos con solo estar caminando de la mano, el poder pasear libremente y sentir la libertad hacia aun mas especial este viaje.



- mañana será un día especial- me dijo Edward contemplando la torre Eiffel con rostro pensativo.

- ¿Por qué?- pregunte con una sonrisa

- Porque así será… confía en mi- me sonrió de la manera que me volvía loca, me incline un poco para besar sus hermosos labios, la sensación como siempre fue increíblemente placentera.



Solo me pude girar y dejar que me abrazara por detrás, como siempre disfrutamos del silencio mutuo, ¿Qué seria lo que tenia preparado?, no lo sabría hasta mañana pero sabia que aunque no fuera algo grande me haría amarlo aun mas de lo que ya lo hacia.






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