“No Necesito un Cielo si tú no puedes ir a él ",
Bella Swan, Luna Nueva

"Un día escribiré tanto como Estrellas hay en el Cielo" Tiwii Cullen





Debemos aclarar que todas las historias que están en este blog nos pertenecen y son de nuestra autoría pero los personajes de la Saga Crepúsculo y algunas otras cosas más que aparecerán en los Fics que publicaremos aquí son propiedad de Stephanie Meyer, también existen personajes que son sacados nuestra imaginación.








jueves, 6 de octubre de 2011

El Aprendiz. Capitulo 22




POV EMMETT

― ¡Y una reverenda mierda!— bramo iracunda— que se vaya, aquí no le quiero— ni siquiera se daba cuenta de que sus pequeños hijos la miraban atentos

― A esa edad los niños graban todo, lo que conlleva a ser parte de quien serán cuando crezcan— le dije despreocupado— y es imposible hacer eso, en menos de diez minutos llegan—

― ¡María!¡María!— grito levantándose presurosa—María, haz una maleta para un fin de semana con todo lo que necesitemos— ordeno inflexiva a la joven quien corrió como una bala a cumplir el mandato de Bella

― ¿Desde cuando huyes a lo que deseas?—puye— Me siento defraudado, yo creyéndote la mata de la audacia y resultas ser la raíz de la cobardía—

― No huyo, retrocedo para atacar cuando haya analizado los pros y los contra— se defendió la muy mentirosa.

La cosa era fácil tenía miedo de mi hermano y eso si que me causaba gracia, la indomable Isabella Swan por fin se sentía amenazada por un hombre, un simple mortal

― Como sea— reste importancia a sus palabras— dile a María que no pierda el tiempo que mejor recoja todo— indique mirando la sala y una parte del pasillo, todos los juguetes de lo os niños estaban regados dejando ver “que en casa hay niños, risas y mucho amor” y vaya que esos dos pequeños podían sacar la vena amorosa de cualquier persona

En algún momento pagaría por no hacer que mi hermano no cancelara su viaje, mas aun por no haberle dicho con anterioridad, pero de hacerlo la muy cobarde huiría. Cuando cometes un error tratas por todos los medios de que las personas a las que estimas — por no decir amas— caigan en lo mismo.

Los nervios nos afectaban a los dos, por fuera podía estar con una sonrisa lobuna pero por dentro la nenaza en mi temblaba de miedo. Menuda broma del destino. Respire profundo, tratando de disipar aquella sensación de impotencia.

― Déjalo ya, me desesperas—

― Eres un…— corte de plano sus improperios, indicándole con el dedo índice a los pequeños que ajenos al drama adulto reían inocentes. Joder la cara de mi hermano valdría una fortuna, al ver que sería padrastro. Reí con ganas— Ni lo pienses— regaño la bruja de mi amiga como si pudiera leerme la mente. No tardo en ladrar otra orden a su empleada, y sin más tomo a Camille para correr a esconderse como un ratoncillo asustadizo

― Es cuestión de minutos Bella— le recordé— no puedes huir— de eso me aseguraría, así como ella muy amiga metomentodo lo había hecho muy a su raro modo, si miraba en retroceso ella era una maestra en sutilidad y hacer que la gente actuara como ella quería. Manipuladora de mierda. bufe

Levantándome para recoger algunos de los juguetes y dejar la gran sorpresa para más tarde. Recule en mi mente el itinerario a seguir.

El plan para ese fin de semana sería muy sencillo, una vez Rose estuviera en mi terreno y a mi disposición desplegaría mis dotes de Casanova, seducción, amor, coquetería y ¡zas! el arpón que la atraparía sin lugar a decir no. Punto. Sencillo, elemental y sobre todo efectivo

Las manos no tardaron en sudar. Vamos se hombre. Me alenté, aunque quizás debía esconder la cabeza en la tierra unos minutos haber si allí está el valor, porque si la buscaba en mis bolas seria caso perdido. Casi rio de mi propia tontera.

El sonido del claxon alto y claro llego a través de la ventana abierta de la sala, reprimí las ganas de correr y en su lugar, fingí desinterés y una parsimonia inusual.

Ver como el sol de Los Ángeles besaba su cabello, o como sus grandes lentes oscuros le hacían parecer una actriz de Hollywood, me hizo curvar mis labios en una sonrisa y de seguro que cualquiera podía ver mi cara de tonto, quizás lo único que me faltaba era sacar la lengua, babear y jadear como un mendigo perro ávido de sus atenciones

― Harás una piscina bajo tus pies— la voz de mi hermano en definitiva venia cargada de algo parecido a alegría y amor.

Espero que su culo sea duro porque cuando entre se dará duro contra el mundo señalo presta esa vocecilla que una u otra vez aparecía ¿estoy loco?. Me pregunte. Solo en las mañanas o cuando recuerdas que esa rubia que camina seductora hacia ti te trata de forma tan altanera que hasta las bolas se nos ponen moradas. respondió sabionda la dulce vocecilla

Me obligue a despegar los pies del piso y dar un paso, menudas piernas de que sirve el ejercicio si esa mujer con esa pequeña blusa rosa podía volverlas jugo. Presto cancele al amable y demasiado miro taxista el costo requerido. Como buen caballero tome su equipaje

― ¿No me saludas, osito?—

Puñetera, Rose

Pero uno, no puede dejar que una dama repita sus deseos, un casto beso a esos labios con brillo— te echaba de menos, cariño— le asegure cargando en una mano el equipaje y pasando la otra de manera mega posesiva a su cintura— espero que no te hallas acercado mucho a mi novia— le gruñí a Edward quien de seguro y aprovechando que no lo veía haría cualquier cantidad de muecas

― Muero por las castañas, ya sabes que dicen que las rubias son tontas y no sé si ello pueda ser contagioso, y como aun no quiero averiguarlo mejor de lejos—

― Bastardo— ladre. Unos días al lado de Bella y el chico ya tenía una lengua tan mordaz como la de ella. Tal para cual. Entrar a la casa no nos llevo mucho, pero una vez los pies dentro de nuestro hogar, no me extendi al tour acostumbrado, daría tiempo a Bella, por lo que los llevaria directo a sus habitaciones, murmure— Bienvenidos a nuestro humilde hogar—

― Que de humilde solo queda en las palabras— replico Rose, tan dulce como siempre— ¿y donde esta mi personal y poco placentero dolor de culo?— pregunto con mas dulzura que una colmena

― De seguro no tarda en hacer acto de presencia, pero mientras vamos a ubicarlos— La habitación de invitados sin dudarlo quedo en manos de mi hermano, mientras que Rose compartiría la mía— yo dormiré en el piso, o puedo decirle a Sheep que me abra campo en su cama— murmure casual.

Contuve la carcajada que revoloteaba en mi garganta, cuando los dos exclamaron muy a su manera las distintas razones para no hacer tremenda cosa, eso y que no quería que uno de ellos se hiciera a envenenar mi comida.

Dejando a Edward en su cuarto para que se acomodara, me encerré con mi mujer en mi cuarto.

― No le he dicho nada— hablo bajo mi Rose, sentada en mi cama, la misma cama que fue testigo de mis noches de insomnio— quiero ver su cara cuando vea a los niños— la diablilla, ya degustaba el sabor de la venganza en su lengua lo podía sentir. Asentí en silencio

― Ahora mismo voy a decirte lo mucho que te extrañe—

Sin demora si cuerpo se pego al suyo, las caricias lentas recorriendo su cuello, en un acto de pura mojigatería, sin bajar al escote en u de su blusa, o atreverme a tocar su preciosos y erguidos senos. Muy lentamente baje mi rostro por un lado de su rostro dejándole entrever los estragos que solo ella puede causa, mis labios rastrillaron con cautela su tersa y delicada piel. El triunfo bailo en mi estomago al percibir el cambio en su respiración, queda, quebrada. Continúe jugueteando acariciando con mi nariz su nariz, simulando que mi piel era un pétalo de rosa— por su puesto el más caro, fino y único— Reprimiendo el animal en mi urgía por hacerla gritar. Nos fui acostando por completo.

― Bésame— susurro

Obedientemente mis labios besaron sus parpados cerrados, el puente de esa respingada naricita, las mejillas, e incluso un beso en la parte baja de su oído, para pasar a su cuello y rodearlo para ir directo a su otro oído y atrapar ese pequeño lóbulo en mi boca

― No juegues— refunfuño sin abrir esos ojos que si quisieran pueden hacerme andar de rodillas por todo el país— bésame Emmett, bésame— exigió jadeosa. Y presto acaté su petición consumiendo la miel de sus labios, marcándola.

Su respuesta no fue reservada, al contrario parecía tan hambrienta como yo, lo podía sentir en cada pesado latido de mi corazón. Su cuerpo moldeándose bajo el mío, sus manos sujetando con fuerza de mi cuello y no creo que notara que cada vez que gemía en mi boca tiraba de mi cabello. Una lucha de poderes, su lengua queriendo dominar mi boca, exigiendo rendición, cosa no requerida porque yo rendido estaba desde el día en que le conocí — oí— me corregí.

― Te amo Rose— jadee al momento de alejarme buscando aire y esperando que el oxigeno llegara a mi cerebro y así cesar los movimientos de la tierra

― Y yo a ti— susurro mirándome a los ojos— tengo miedo, Emmett, mucho miedo— trate de tener todo mi peso cayendo en mis brazos, incline mi rostro lo suficiente para que nuestras frentes se unieran y poder ver más de cerca sus ojos vidriosos

― ¿De qué tienes miedo, Rose?—

― Que sea un sueños y cuando despierte te hayas ido. De volver a errar. De causarte daño, de nuevo. Que te des cuenta que no soy la mujer de tu vida, y un día veas lo fría que soy que veas que no tengo sentimientos—

― Cariño— susurre embriagado por la emoción, y tasando su lindo rostro con una de mis manos, lo que implico que mi peso cayera un poco sobre su cuerpo— tienes muchos sentimientos, tantos que ni tú misma los ves. Yo también tengo miedo Rose, ¿crees que no lo tengo?, tengo miedo de perderte, de no saber cómo remediar todo el daño infringido, de no lograr que olvides que actué como una cerdo machista— bese su nariz— te amo tanto, Rose que si tu felicidad está lejos de mí te dejaría, haría lo que fuera para que seas feliz aunque ello implique que viva como perro callejero, herido y desdichado—

― ¿En verdad?—

― Claro que si— y para reafirmar mis palabras imite a un chucho callejero y herido, chille cual alma en pena bajo la inclemencia de la lluvia. Su risa estrepitosa irradio esa parte oscura de mi alma de luz— ahora, no dudes que te amo, sé que he actuado como un idiota pero sobre todo te amo. En palabras coloquiales tu amor me idiotiza, así que ten piedad del mundo y quédate conmigo— roge antes de volver a besarla

― Mas te vale, porque si alguna mujerzuela con demasiado bronceado y bubíes falsas se te acerca en mi presencia le saco los ojos— me aseguro, sujetando mi cuello y llevándome a sus labios.

Tuve que contenerme de hacerle todo que deseaba, a cambio le sugerir que usaría el estropajo en su espalda en su próxima ducha, porque de hacerlo en el momento terminaría por tomarla contra la pared

― Vamos, ve a ducharte, mientras preparo unos Sándwich—

― ¿Emmett, no has preguntado de que quiero el mío?— tiro de mi— yo quiero— hablo muy bajo, seductora y endemoniadamente lento— esto— anuncio llevando una de sus manos a mi entrepierna y hacerme gemir— así, aquí, ahora— lamiendo mi labio, y continuando con su tortura.

Bruja, perversa y endemoniada bruja

― Rose— mi voz no podía oírse más quebrada— cariño— el gemido rompió el hilo de mi idea y mi argumento para dejar todo en una buena dosis de pelotas moradas— Eres perversa— acuse sin piedad. Su mano estaba apoderada de la erección bajo mi pantalón y algo dentro de mi me decía que no habría diversión, solo dolor

― ¿No te gusta?— pregunto inocentemente— ¡aww! osito yo que muero por estar contigo, pero tu— negó muy sutil, tratando de ocultar esa ladina y perversa sonrisa que se le forma cada que pretende que arda el infierno— reforzó sus palabras metiendo su calidad y delicada mano dentro de mis muy calientes pantalones. El sonido que dejo mi cuerpo fue oscuro, tosco— estas duro, Emmett— susurro en mi oído más bajo y caliente— apuesto a que lo que más deseas ahora mismo es que me arrodille, sujete esa dura y de seguro dolorosa erección y con mi húmeda boca trate de mermar el dolor—

― N-no— murmure tratando de controlar mi respiración y de olvidar su mano bombeando en mi rígido miembro— inicies nada que no tengas intención de terminar— solté tan deprisa que no creo haber vocalizado bien

― Pero te gustaría tanto, lo sé. Te conozco— sus labios tomaron preso el lóbulo de mi oído.

Disfruta. Me dije

Entre su boca, y su mano harían que me corría, literalmente dentro de mis pantalones. Sus dedos alternaban la sujeción de mi erección dependiendo del ritmo del bombeo. Perdido en el mar de la lujuria no fui consciente del momento en que bajo de mi pantalón y bóxer para dejar libre su juguete

― Como lo recordaba— aseguro, poniéndose entre mis piernas

El sonido de mi corazón podía jurar se oía por todo los Ángeles, en el preciso momento en que sus labios se cerraron sobre mi un grito ahogado cubrió mi garganta.

Esto no es parte del itinerario. Quise aferrarme a ello con fuerza, pero la succión de sus labios y las emociones reverberando por mi cuerpo parecía contraria mi voluntad. Cedí como crio ante ella, ante lo que su perversa, caliente y húmeda boca deseaba.

Su lengua enredándose en sobre mi palpitante erección, lamiendo, jugueteando, arañando con delicadeza y a su vez enviado a la mierda el poco equilibrio que tenia, lo único que veía era una angelita maliciosa tentando su suerte

― Si, Rose— le alenté, sin tirar de su pelo para hacerle tragar todo. Mis puños crispados a lado y lado de mi cuerpo— quieres que me corra en tu boca— aunque pretendí que fuera una pregunta sonó mas a suplica. Mis palabras le produjeron risa, y la vibración de ello llego al fondo, podía sentir mis bolas apretadas

― No te resistas Emmett— murmuro habiéndose sacado mi miembro de su boca— créeme cariñito los dos lo queremos— aseguro volviendo a embestir con más fuerza, sus labios se cerraron con más fuerza que antes, y los embiste de su boca fueron más rudos, más exigentes, la sensación de volar se hizo fuerte, tras mis parpados logre ver una luz naranja rojiza. Grite fuerte cuando mi miembro toco con la pared de su garganta y aquello fue el acabose, todo mi simiente se rego en su boca, y ella no dudo en tragarlo.

Sin recuperare del todo, y con las manos temblando le ayude a levantarse, seguro de por fin terminar lo que ella iniciara

― Ahora, si puedes ir a por los sándwich— susurro como adormilada

― No, ahora termino lo que iniciaste—

― Emmett, mas tarde lo terminaremos— prometió— quería mostrarte lo que te extrañe—

Arreglando mi desaliñada ropa, y seguro de que Rose no cambiaria de decisión me dirigí a la cocina a hacer lo prometido. Sacando el pan de la alacena, jamón, queso mantequilla de la nevera, rápidamente prepare suficientes Sándwich para todos, incluso prepare una buena jarra de té helado

― Venga al comedor— grite una vez todo estuvo preparado

Edward fue el primero en aparecer, note que su atención estaba en todo menos en la comida frente a él

― Puede que no la veas, hoy— acerté a decirle— tienes que darle tiempo, han sucedido muchas cosas—

― ¿Cómo? Vamos Emmett y que sabes todo de ella dímelo—

― No puedo, es algo que solo ella puede decírtelo, no romperé la confianza de mi amiga—

― Pero si la de tu hermano— replico mirándome fijamente

Rose, rompió el maldito momento incomodo cuando apareció regalándome una sonrisa de esas que prometían diversión y sudor. Sin importar la presencia cabreada de Edward la bese como toda mujer merece ser besada

― Señor— la voz de María me hizo alejarme de mi mujer, la joven rápidamente saludo a los demás y se disculpo por la intromision— la señora lo requiere—

― María, Bella te hará pagar un día de estos que la llames señora— dije recordando que en estos días las dos se batían en una pelea en cuanto al trato que debían tener— toma unos sándwich y llévalos a la habitación, dile que en breve le acompaño, y que no puede huir—

María, entendiendo el mensaje rio y negó suavemente con la cabeza— La señora es algo terca, por ella puede quedarse todo el fin de semana encerrada— aseguro

Una vez estuvimos solos, vi la intención de mi hermano de preguntar, pero rápidamente le hice desechar la intención

― No diré nada— hable firme— hay cosas que son mejor esperar. Ahora tu me acompañaras a hacer algunas diligencias, mientras María, Bella y Rose van a pasear por la playa—

― ¿Tan bien les va que hasta empleada domestica tienen?— pregunto con algo de sorna mi hermano

― Es la empleada de Bella, y si, ella tiene los medios para pagarse hasta un batallón estoy seguro— dije, dejándoles para terminar su comida

Tuve que golpear varias veces y jurarle que estaba solo para que Sheep me dejara entrar en su fortaleza, los niños parecían incómodos con el encierro impuesto por su miedosa madre, y ella bueno no parecía nada a la mujer que conocía

― Sácalo de aquí— ordeno inflexible— si quieres pago el boleto para que lo envíes a Seattle, pero que se vaya—

― Se queda, yo no seré el que le diga que se marche, díselo tu misma— los dos resoplamos frustrados— la cosas es fácil, ahora saldré con él porque necesito la asesoría de un hombre, pero quiero que acompañes a Rose, que paseen por la playa, además ella quiere conocer a los pequeños— por el tamaño en que abrió los ojos, supe de inmediato que estaba en graves problemas— ella pedía un voto de confianza y yo se lo di, no ha dicho nada, si no Edward hace más de dos horas habría tumbado la maldita puerta. En diez minutos me voy, espero no dejes sola a Rose, invítala a almorzar, a tomar algo— sugerí

― ¡Ah; si! como somos las mejores amigas del mundo, quizás le diga Roxiton quieres morder mi culo, o te tiro un hueso para que lo traigas—

― Pórtate bien— pedí

Y si que dude en dejar a Rose bajo las garras de mi amiga porque con su humor de perro rabioso podía atacar cuando menos lo esperemos, “ a perro ladrador poco mordedor” me calmo la pequeña vocecilla

Hablando de genios de perros, el de Edward no distaba del de un león a punto de devorar a la presa, pero para su mala suerte tuvo que aguantarse varias horas de correría por la cuidad, tampoco creo que le ayudara el calor, pero a mí personalmente aquello solo me hacía sentirme satisfecho, no como si con ello se purgara el daño causado meses atrás porque según lo veía con la renaciente relación con Rose, y hablar con mi familia ya lo había hecho.

Edward no reparo en la parte trasera del jeep, y casi le doy un palmazo en la nuca por poco observador

― ¿A dónde vamos?—

― A una de las mejores vinícolas de esta lado del país, luego a una joyería y a una veterinaria o un refugio aun no me decido— explique paciente, que también necesitaba ir a por unas comprar para un picnic nocturno en una de las playas californianas

― ¿Le propondrás matrimonio?— asentí sonriente— sería la segunda vez—

― Tercera, hace unos días se lo propuse en una sala de cine, claro no tenía la sortija por lo que no sería válido, pero esta es la de verdad—

En una calma tensa, nos hicimos el viaje a una de las bodegas más importante de la costa oeste, además que el estado de California además de los famosos, las estrellas en la calle, era reconocido por tener los mejores vinos.

De ahí a una de las pomposas calles de Malibu, una joyería donde una ojo podría valer menos que uno de los diamantes expuestos allí. La traditional Jewelers. Mis ojos se detuvieron frente a la vitrina donde se exponía una seria de sortijas con una flor en medio y dentro de ellas distintas piedras preciosas

― Ni se te ocurra— murmuro Edward un poco más relajado— puede quedarse sin dedo , esa piedra debe pesar más que su escuálido dedo—

Le dedique una mirada seria, pero lo cierto es que de elegante pasaría a estrafalario y seguramente poco serio para la ocasión.

― Estos me parecen mejor— dijo mi hermano, llamando mi atención al otro lado de la joyería donde el entretenido observaba una vitrina.

Tras la indicación de a cuales se refería pedía a la joven que nos atendía mostrárnoslos. Tres sortijas de plata a juego cada una con una con un tejido entrelazado, una de solo plata, dos llenas de pequeños diamantes, y la argolla principal con un diamante de tamaño en medio

― Esta, me la llevo— sin mas metí mano a mi billetera para dejar que mi adorada master cad se deslizara para sellar la compra de aquella bella joya— parecerá una princesa—

― Si, la de hielo— murmuro entre dientes Edward

― Mueve tu culo hermano, si no quieres que te enseñe quien se convertirá en carámbano—

Al final opte porque una veterinaria era lo mejor para hacerme al pequeño cachorro de Golden Terrier

― Tiene todas las vacunas al día— aseguró el hombre cano que nos atendió.

La pequeña bola de pelo parecía sonríenos cuando salimos de la veterinaria

― ¿Para que el perro?— pregunto mi hermano— el anillo es más que suficiente—

― Sí, pero necesito originalidad para proponerle matrimonio, es una mujer complicada hombre, si le digo blanco ella dirá dorado, y así, mejor sorprenderla que me sorprenda—

Una vez todo estuvo listo, me hice a la cinta roja, lleve todo a Santa Mónica para que un amigo organizara todo. Regresamos a la casa en San Diego.

― Cualquier cosa que suceda una vez pases la puerta— comencé a balbucear— no te lances a juzgar sin antes entender—

― ¿Qué mierda te fumaste? no entiendo a que van esas palabras—

― Recuérdalo—

El resto de camino lo hicimos en total silencio, se que Edward se dio cuenta de las sillas para bebes en el coche pero no se atrevió a preguntar, y si lo hubiese hecho no habría respondido con sinceridad.

Al llegar a la casa pude ver las luces de la sala encendidas, el reloj marcaba más de las seis, lo que me dejaba una hora para volver a salir. Trate de no hacer demasiado ruido para no avisar a Bella sobre nuestra llegada, y así evitar que siguiera huyendo a una verdad que más temprano que tarde debería salir a la luz

― Aidan— la voz de Rose venia cargada con mucha risa— oh cielos, pequeño— los balbuceos del niño estaban tan cargados de alegría como la voz de mi Rose— no puedes pegarle a Camille con eso, es tu hermana— en mi mente se formo la escena pero con nuestros propios hijos, un equipo de futbol— María, puedes traer un pañito para limpiar la cara de los niños— pidió, mientras nosotros seguíamos avanzando, siguiendo su voz

― La señora, los bañara en breve, no se preocupe—

Evite mirar la cara de mi hermano, porque siendo un chico listo podía ir haciéndose las debidas suposiciones. Tome a la niña en mis brazos para hacerle arrumacos, y oír su risa.

Al levantar la vista vi a Rose mirándome fijamente, con una sonrisa tirando de sus labios

― Cuando quieras podemos tener los nuestros— dije con picardía, adorando el color carmesí que tomo sus mejillas— ¿y Bella?—

― Arreglándose, ya que Aidan le vomito encima— arrugo su naricilla un poco— creo que tanto sol le enfermo un poco— Edward, no vas a entrar—

Por encima del hombro vi a mi hermano rígido, mirando con detenimiento a los niños pero sin modular palabra alguna.

― ¿Cuánto tienen?— pregunto al fin

― Van a por el año—

― ¿Y sus papás?—

― Solo tienen mamá— la voz de Bella nos hizo girar la cabeza— son mis hijos— le informo estoica, ni siquiera saludo, o le sonrió como lo haría otras veces

― Vamos niños una ducha los espera, y luego la camita como el ratoncito— anuncio tomando a los niños y poniéndoselos a lado y lado de la cadera— siéntanse como en casa, nos veremos cuando se vayan a dormir—

― Rose y yo saldremos— murmure, ganándome un asentimiento frio y silencioso— tiene toda la noche para hablar— le dije a mi hermano, arrastrando a Rose al cuarto.

Tome mi ropa y me duche en el cuarto de baño del primer piso, no iba a dejar que nada me retrasase de mi objetivo. Una vez emperifollado, tome el pañuelo de seda oscura para vendar los ojos de Rose.

― No prejuzgues sin saber— le dije a mi hermano quien no se había movido desde que Bella le dijera que era madre de no uno si no dos pequeños— ella no es como las otras, y no dejaría su sueño por nada ni nadie, para Sheep es más importante sus hijos que un romance—

― ¿Y el padre?—

― Pregúntale a ella—

Espere en la puerta a Rose, quien usaba un vestido veraniego hasta la rodilla y unos zapatos bajos, y su cabello recogido en una trenza, sonríe ampliamente.

Cuando vende sus ojos protesto, pero prometí que la espera valía la pena. Durante el camino le fui tentando con las muchas cosas que le haría una vez estuviéramos en la casa, y su risa solo me hacia girar virar y demostrarlo lo serio que hablaba.

Aparque cerca a donde mi amigo había ubicado la manta a cuadros, el esfuerzo que hizo para el sendero de pétalos y velas fue maravilloso- menos mal es salvavidas y se encargo de todo-

― Llegamos— anuncie dejando mi puesto para ir a buscarla— esta noche será memorable—

Con cuidado desate la venda, y espere su reacción. Ame ver como se llevaba las manos para acallar su exclamación, tomándole de la cintura le conduje hasta la manta. Como la perfecta pareja de enamorados nos dimos de comer del arroz de camarón, y las demás delicias marinas encargadas a uno de los restaurantes cercanos, además del exquisito vino

― ¿A qué se debe, tanta atenciones?— pregunto suspicaz

― A que estas aquí, a que tenemos un futuro juntos, a que me haces feliz y quiero demostrarlo— dije sincero, aprovechando para tomar su mano— a que espero esta noche marque el inicio de una nueva etapa. He tomado una decisión—

― ¿sí?—

― Me mudare a Seattle, si tengo que dejar el negocio lo hare, puedo dedicarme a entrenar pequeños equipos— antes de que respondiera, me levante para ir a buscar el pequeño can

La pequeña bola amarilla corrió como, y yo como tonto tuve que seguirla hasta atraparla y llevarla en brazos hasta donde Rose, quien por su risa no perdió de vista ni un detalle de mi torpeza

― ¡Oh, qué lindo!—

― Siempre, mi mami me decía que era el más guapo del mundo—

― El perrito—

― Ah, ella también— dije tendiéndosela— es para ti—

Las expresiones me dijeron que había acertado con la bola de pelos, su reacción se torno un poco mas brusca cuando acariciando el lomo noto la cajita sujeta a la cinta, observe atento como la quitaba, y sin soltar a la cachorrita la abría

― Rosalíe Lilian Hale ¿quieres casarte conmigo? ¿quieres intentar educar a un hombre que posiblemente nunca madurara y cometerá muchos errores en su vida?¿forma nuestro propio equipo de futbol? ¿tener una casa para poder corretearte cuando salgas del baño y hacerte el amor hasta que desfallezca?—El no poder ver su rostro me hacia querer lanzar lejos a la pobre perrita, espere paciente por varios minutos su respuesta pero ella no murmuraba nada— Rose, bebé, no tienes que responderme ahora, yo…— “no debí arriesgarme una vez mas” complemento mi dolido ego

― S-si— susurro levantando su cara, su rostro bañando por lagrimitas— c-crei… yo... cielos— exclamo tomando grandes bocanadas de aire— que después de la otra vez, nunca volvería a pedirlo—

― Lo hubiese hecho una y otra vez hasta que dijeras si— le dije.

Acercándome tome las sortijas para deslizarla en su delicado dedo, una vez en su sitio, lo lleve a mi boca para dejar un sutil beso

― Cariño, no podre esperar para que seas mi esposa— alardee presumido— ahora que te parece si recojo todo y vamos a casa a celebrarlo—

Sin esperar a que preguntara de nuevo tomo a la pequeña bola de pelos que jadeaba loca, y observo como movía mis grandes manos para poner en su sitio la basura, y recoger lo que aun servía.

Una lección, la paciencia trae recompensas. Los afanes dolores de cabeza. Pensé encendiendo el coche sin ocultar mis emociones por lo que aun faltaba.




Tarde, pero aquí estoy. La Semana pasada estuve sin internet... ups! nos vemos en metamorfosis de aqui al domingo. Ada

5 comentarios:

  1. Hola Adita me encanto el capitulo, y como dijo Emmett la paciencia tiene sus recompensas, y la de el fue que Rose lo aceptara nuevamente en su vida, valio la pena todo lo que tuvo que sufrir para al final llegar a estar junto a ella, me encanto la manera tan original de pedirle matrimonio, con un cachorrito, que tierno!!!!...
    ahora a esperar el sig. capi para ver si Bella y Edward pueden hablar y solucionar sus problemas, Sheep tambien merece ser feliz......
    Gracias Adita por esta maravillosa historia que me tiene mas que atrapada....... Besotes
    P.D. Blogger no me deja comentar con mi nombre de usuario, asi que pues ni modo asi te dejo mi comentario........... Bell.mary

    ResponderEliminar
  2. Hola!
    Eres una genia, aparte de una hada (con "h" y sin "h")
    Mira que me reí en el momento mas emo del capi, a Em no se le ocurre mejor cosa que ponerse a aullar jajajaja...es único.
    Besos nena.

    Puto blogger, seguimos igual

    ResponderEliminar
  3. Hola cariño gracias por un capitulo mas ,por fin parece que las cosas toman su lugar ,me encanto sobre todo que el tubiera paciencia y valla que le resulto bien ,ahora veremos como se resuelven Edward y Bella....Besos linda....

    ResponderEliminar
  4. hola Ada te felicito Emmet estuve perfecto ademas me gusta la idea de proponer matrimonio, de verdad estuvo fascinante. por otro lado pobre Edward por lo que dijo Emm estaba impaciente, bueno pero si me pongo en su lugar y lo entiendo, veamos si la mujer que me gusta no me da la cara y bueno por si fuera poco tiene hijos valla sorpresa solo espero que se lo tome con calma.

    ResponderEliminar
  5. Ohhhhh! Mi Ada!!! Qué maravilla de capi! Si Si Si!!!!! Me ha encantado que Rose y Emmett hayan llegado a un buen punto sí! A ver si Sheep y Ed llegan a otro! Dos niños!! si si "¿Y el padre?"
    Te amo mi niña!
    Y todo salió bien mi amor, la semana que viene más y mejor :-D
    MIllons de besos, abrazos y gracias!
    T.

    ResponderEliminar