Tango con un Vampiro. Prologo

TANGO CON UN VAMPIRO

DISCLAIMER: Los personajes le pertenecen a Stephanie Meyer, la historia es de mi propiedad, al igual que algunos personajes. Prohibida su adaptación, copia parcial o total.

"La eternidad le traerá algo más que soledad, no bastan los años para que el frio corazón de un vampiro se caliente al ritmo de un tango".

Como lo había venido anunciado aquí está el prologo de Tango con un Vampiro, esta publicación va dedicada a una gran amiga de la casa Lili, nuestra pequeña Lili quien cumplio años, corazón te deseamos miles de bendiciones en tu vida y la realización de todas tus metas, la vida te da miles de motivos para que este año sea mejor que los anteriores se feliz, nuca desistas en tus sueños, un año mas de vida significa que estas como el vino mejor y mas buena, jajaja Feliz Cumple!!!.

De Tiwii para lili: Lili cariño!!!! gracias por estar siempre con nosotras, no sabes lo mucho que significa tu amistad y tus consejos, eres una persona valiosa en mi mundo y espero que sigas estando en el por mucho tiempo mas, gracias nuevamente por estar siempre aqui y de antemano espero pasar muchos cumpleaños más saludandote, que sea un feliz dia para ti y alegriaaaaaaaaaaa!!!! toda la que encuentre en mi corazon te la dedico a tiii, Tkm,... Tiwii Cullen :D

Este capitulo esta inspiado con Gotan Project y su Tangobar...






PRÓLOGO

Los recuerdos asaltaban su mente continuamente, aun podía sentir el dolor que padeció aquellos días en que fue convertido, moría por culpa de la fiebre española, su familia ya había partido pero el aun pendía de un hilo, su último aliento fue arrebatado por los colmillos que atravesaron su tierna piel, su cuerpo se sumió en el fuego, su garganta ardía, quiera arrancársela pero su pesado cuerpo no respondía, gritaba fuertemente para que alguien se compadeciera y le dejara morir, eso era lo único que deseaba, morir.

No pidió ser salvado, solo deseaba ir con sus padres. Al despertar de su pesadilla sintió que invadía el cuerpo de alguien más, su temperatura fría, su piel dura y mas ceniza que de costumbre le alertaron, se levanto del catre en que se hallaba postrado y camino a lo que parecía un espejo, limpio el polvoriento accesorio, era su rostro, eran sus facciones solo que esos no eran sus ojos, las ojeras rodeaban sus ojos escarlatas, la garganta comenzó a arderle, un gruñido escapo de su dolida garganta, no tardo mucho para que el causante de su desgracia aparecía, amablemente explico todo lo sucedido.

Era un animal y lo sería por el resto de la eternidad, un ser despreciable, se odio, odio a aquel sujeto que le miraba amorosamente y odio a su madre por haberle pedido que lo salvara.

Por varios largos años vagos por el mundo solo busco la forma de escapar de su condena, pero todo era vano, de nada servía lo que hacía, no podía terminar con su inmortalidad.

La ira llenó su cuerpo y decidió dejarse llevar por lo que ahora era, se alimentó de humanos los primeros años de vida, arrebatando lo que a él le habían arrebatado, pero cerciorándose de no cometer un error, no crearía ningún vampiro.

—Tu vida no vale mucho— susurraba fríamente a sus víctimas quienes se retorcían de miedo, sus colmillos se clavaban en el torrente sanguíneo, saboreaba aquel manjar, zaceada su sed quebraba la columna de aquellos infelices y luego los dejaba en sitios inhóspitos, algún animal terminaría de alimentarse de aquello— son tan despreciables— susurraba en tanto comenzaba a correr.

Así acabo con muchas vidas unas buenas y otras no tanto; de algún modo debía sobrevivir en aquellos días más cuando se había exiliado de los de su especie.

Era fácil atrapar a los humanos, todo en él hacía que ellos cayeran, prefería asesinar a hombres, daban más lucha y era más gratificante; las pocas veces que asesino a mujeres lo hacía con sutileza, sus dedos recorrían deshinibidamente el cuerpo de aquellas infortunadas, sus labios jugaban en su cuello, besando superficialmente, palpaba hasta el último rincón de su cuerpo, dejaba que se relajaran para luego extraer toda sus sangre dejándolas sin vida.

Medio siglo mantuvo esta vida, su maldita condena se hacía más insoportable y la única respuesta que vio fue volver a los brazos de su creador, ahora vivía con su familia, si a eso se le podía llamar así, seis vampiros totalmente distintos pero inevitablemente parecidos, de todos él era el más cruel y frío con los humanos, se mantenía apartado de ellos tanto como pudiese, aunque claro no era tarea fácil cuando su familia se empeñaba en convivir entre aquellos endebles seres

—Vamos Eddy, Argentina es precioso – decía la pequeña vampira de cabellos negros, mientras daba brincos a su alrededor como si fuese una infante.

Le sulfuraba que lo llamara Eddy, y más que se empecinaran en tener contacto con los humanos

—No me llames Eddy, me llamo Edward —reprendió toscamente a la pequeña, sus manos se ubicaron en sus hombros para aquietarla— Sí, Argentina es precioso yo estuve allí por varios años, no lo recuerdas o te lo enseño— sugirió malévolamente— además no entiendo su maldita obsesión de convivir con esos, no se dan cuenta que nosotros somos unos monstruos, unos animales— suspiro frustrado.

Por alguna razón siempre hacia lo que su hermana decía, esa era la razón para estar en aquel sitio hoy, hace más de unas cuantas décadas el sitio era un cuchitril, un bar de mala muerte lleno de inmigrantes y prostitutas, lleno de vicio, sexo y muerte, hace tantas décadas acechó en este lugar, ahora todo era glamuroso.

Estaba recargado contra una columna dejando que las imágenes del baile le divirtieran, al son del violonchelo, el bandoneón, la flauta, el piano, el ritmo lento y melancólico de la pieza le estremecía, la pareja frente a él se seducía descaradamente, sus cuerpos se entrelazaban, los roces tenues pero que sin duda estaban llenos de pasión, uno.. dos… tres… cuatro, el ritmo se marcaba pausado, los labios del sujeto recorrían el rostro de la mujer; voltereta y ella se deslizo dejando que todo su cuerpo se parara y detallara la contextura de su pareja.

Una ola de aire recorrió el sitio, produciendo que su cuerpo se crispara, el aroma que viajaba en el aire le calo, dulce, muy dulce la sangre de alguien en ese salón era extremadamente tentador su garganta ardió, sus ojos revolotearon por la estancia hasta dar con la dueña de aquella fragancia, la mujer que danzaba se giró, sus miradas chocaron, ahora no solo temía acabar con su vida, sus ojos eran imanes, no podía despegarse de ellos.

El sonido del violín le regalo un nueva visión de la joven que ahora estaba recargada sobre una de las piernas del joven mientras el resto de su cuerpo terminaba de tocar el suelo, el piano acompaño el acorde anterior, su pie se recogió y el sujeto ayudaba a levantar a su compañera, se vieron a los ojos e inmediatamente giro la cabeza a donde él estaba.

El aroma nuevamente arremetió haciendo que su garganta ardiera fuertemente, presuroso camino en dirección a la joven, sin querer sus cuerpos rozaron enviándole una descarga eléctrica fuerte.

Huía pero podía oír claramente el sonido del violonchelo y el bandoneón sonar lentamente, dos compases recordaban la mirada de la joven, tomó aire y un nuevo compás le recordó el dulce aroma de las fresas, golpeó la pared y otro compás le hizo imaginar la sangre de la bailarina corriendo por su garganta, su mente rápidamente esbozo perfectamente el rostro de la joven.

…“Una inquietante mirada
De amor porteño
Cálida y cruel no, no puedo creer que paso
El misterio sensual de tu risa caliente se apago…”

Esa estrofa retumbó en su mente mientras aquellos ojos chocolates le seguían en su huida.